domingo, 22 de mayo de 2016

Domingo, 22 de mayo - La Santísima Trinidad Jesús, Dios-con-nosotros, es la mayor y mejor revelación del Dios Trinidad, el símbolo de su condición, el espejo que refleja su identidad, su mejor fotografía. Jesús es pura transparencia divina. Su misión es testimoniar a Dios, hablar de Él con toda su persona. Para ello utiliza cantidad de recursos y de mediaciones. En este sentido qué bien resuena aquella confesión dirigida al discípulo Felipe: "Quien me ha visto a mí ha visto al Padre"

COMENTARIO DEL EVANGELIO DE HOY No es fácil hablar de Dios, aunque tengamos una fuerte experiencia religiosa y la mística divina nos empape. Con frecuencia se oye que Dios es inefable, indefinible, imposible de expresar porque supera todas nuestras medidas y categorías. Los judíos del Antiguo Testamento consideraban que Dios es innombrable y tenían prohibida cualquier imagen o representación suya porque serían parciales, inexactas, meras proyecciones de nuestras intuiciones que lo desfigurarían. Por todo ello se dice que Dios es misterio, aunque un misterio sublime que nos atrae y nos estremece, ante el cual lo mejor que podemos hacer es contemplar y callar. Tal vez por esto hoy es el Día eclesial de los Contemplativos, de esos cristianos cuya vocación no comporta hacer algo especial, sino simbolizar hasta qué punto Dios atrae y cómo es capaz de capitalizar radicalmente toda una vida. Sin embargo, Dios no se ha quedado encerrado y ensimismado en su mundo, alejado de nuestra historia. Se ha revelado y se deja encontrar llenando nuestra vida de sentido, cubriendo nuestros vacíos de amistad, de esperanza, de plenitud. Sin Dios arrastraríamos una amarga tensión, nos ahogaríamos en una terrible insatisfacción existencial. Pero no, Dios se nos ha acercado, lo vivenciamos, nos habita, se derrama en amor como jamás hubiéramos sospechado. Incluso nos ha abierto su casa y nos ha introducido en su intimidad familiar, trinitaria, un hogar de amor y de vida que no tiene fronteras. Jesús, Dios-con-nosotros, es la mayor y mejor revelación del Dios Trinidad, el símbolo de su condición, el espejo que refleja su identidad, su mejor fotografía. Jesús es pura transparencia divina. Su misión es testimoniar a Dios, hablar de Él con toda su persona. Para ello utiliza cantidad de recursos y de mediaciones. En este sentido qué bien resuena aquella confesión dirigida al discípulo Felipe: "Quien me ha visto a mí ha visto al Padre" (Jn 14,9). Sí, Jesús nos habla de un Abba y de una relación como hijos de un Dios que es Padre y Madre. Los cristianos creemos que Jesús no desfigura la imagen de Dios, ni sus planes, ni su Reino; al contrario, nos transmite su imagen adecuada, una imagen entrañable. Y creemos también que el Espíritu completa la revelación de Jesús porque es Verdad y conduce hasta la verdad plena, y porque es el amor de Dios derramado en nuestro corazón. Como creyentes, tenemos la suerte de entender y disfrutar que "en Dios vivimos, nos movemos y existimos" (Hch 17,28) como predicaba San Pablo, y que en el fondo nuestra vida cristiana consiste en caminar hacia el Padre por el Hijo en el Espíritu Santo con conciencia de hijos adoptivos. P. Octavio Hidalgo, C.Ss.R.

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