domingo, 29 de marzo de 2020

Domingo 5º de Cuaresma - Siempre tendremos en la Iglesia una referencia de correcta espiritualidad en Jesús. El fue altamente espiritual, se dejaba conducir por el Espíritu. Venciendo la debilidad en su propia carne, se constituyó en Redentor de las debilidades ajenas. Ello fue posible por el sentido pascual que dotó a toda su vida. Por eso, es conveniente y sano confrontar nuestra espiritualidad con la de Jesús. El no la vivió sólo hacia dentro, sino que la desplegó por la calle, le impulsó al compromiso misionero y social

Comentario: La espiritualidad es una condición natural en la vida de las personas; interesa a la salud y tiene mucho que ver con la mejora de los ambientes. Nada mejor que ser espiritual para encontrarse profundamente feliz. Si el ser humano es constitutivamente espiritual, quiere decir que es esencialmente vida, inspiración para existir con orientación divina. Sin el espíritu, la existencia humana carece de algo peculiar que la eleva y la dota de gran capacidad. Por tanto, el ser humano tiene vocación espiritual. En el fondo de cada persona late esta necesidad. Es una dimensión apasionante, que compromete y complica, pero que también mejora la calidad de vida. Si hacemos caso al espíritu, vivimos; si nos desentendemos de él, nos deterioramos. No hay madurez si uno se deja llevar por la carne. Es cierto que vivimos la espiritualidad amenazada por la concupiscencia. Pero uno es verdaderamente maduro cuando es dócil al Espíritu, cuando persiste en la conversión de la mente y del corazón, cuando tiene un compromiso radical por Dios y por el mundo, es decir, cuando su vida rezuma caridad. Siempre tendremos en la Iglesia una referencia de correcta espiritualidad en Jesús. El fue altamente espiritual, se dejaba conducir por el Espíritu. Venciendo la debilidad en su propia carne, se constituyó en Redentor de las debilidades ajenas. Ello fue posible por el sentido pascual que dotó a toda su vida. Por eso, es conveniente y sano confrontar nuestra espiritualidad con la de Jesús. El no la vivió sólo hacia dentro, sino que la desplegó por la calle, le impulsó al compromiso misionero y social. P. Octavio Hidalgo.

martes, 24 de marzo de 2020

Ante el coronavirus: misas en radio y televisión - •TRECE retransmite las misas a las 11 y los domingos a las 12 del mediodía.

TELEVISIÓN •TRECE retransmite las misas a las 11 y los domingos a las 12 del mediodía. • La 2, retransmite las misas los domingos a las 10:30. •TV3 Cataluña retransmite la misa todos los domingos a las 11 de la mañana. •Televisión de Galicia retransmite la misa a las 10 los domingos. • 7tv Región de Murcia retransmite la misa los domingos a las 10 de la mañana. •Rtvd de Toledo retransmite la misa a las 12 del mediodía los domingos y de lunes a sábado a las 12:000 y a las 19.30 horas todos los días. •Cada domingo Castilla y León Televisión ofrece la misa desde un punto de la Comunidad a las 11 de la mañana. •Cada domingo ETB (País Vasco) ofrece la misa a las 10 de la mañana. •Cada domingo TeleDonosti ofrece la misa a las 6 de la tarde. Se trata de la Santa Misa de la catedral que preside el obispo y se ve en toda la diócesis de San Sebastián. •PopularTV Cantabria emite misas todos los días a las 12 y el domingo a las 11h. • Radio Estel, los Domingos: a las 11h desde la Abadía de Montserrat y a las 19h desde la Catedral de Barcelona. Radio •COPE emite las misas dominicales a las 9 de la mañana. •Radio María emite las misas diarias a las 10 de la mañana. •Radio Nacional, del grupo RTVE, emite las misas los domingos a las 8.15 de la mañana. •Radio Santa María de Toledo retransmite la misa todos los días a las 9 de la mañana.

domingo, 22 de marzo de 2020

Domingo 4º de Cuaresma - El autor de la carta a los efesios exhorta: "En otro tiempo erais tinieblas, ahora sois luz en el Señor". Por tanto, buscad lo que le agrada, denunciad lo que degrada y optad por lo que refuerza la dignidad de las personas. Esta es la dinámica bautismal que simboliza el texto evangélico. El don de Dios comienza por "abrir los ojos”, es decir, por despejar la mente y equilibrar el interior. Si alguien con mala conciencia no se abre al Evangelio, será en la vida un torpe ciego, porque mantiene en tinieblas la mente y el corazón...

Seguramente hemos oído más de una vez afirmaciones cargadas de sabiduría como éstas: Lo esencial sólo se ve con el corazón; no hay peor ciego que el que no quiere ver... En esta línea, la primera lectura, rezumando sabiduría bíblica, aconseja: no te quedes en las apariencias; no te detengas en la fachada exterior. "La mirada de Dios no es como la mirada del hombre, pues el hombre mira las apariencias, pero el Señor mira el corazón". Tal vez por eso, Dios no se cansa de queremos. Porque sabe que en el fondo de cada corazón humano laten unos buenos sentimientos y unas nobles aspiraciones. Nadie es tan perverso ni tan terco como para cerrarse definitivamente a la luz. No obstante, la tiniebla del mal ejemplo y del engaño siempre está ahí como un riesgo y una amenaza. Incluso nosotros mismos hemos podido ser causa de tropiezo para otros. El autor de la carta a los efesios exhorta: "En otro tiempo erais tinieblas, ahora sois luz en el Señor". Por tanto, buscad lo que le agrada, denunciad lo que degrada y optad por lo que refuerza la dignidad de las personas. Esta es la dinámica bautismal que simboliza el texto evangélico. El don de Dios comienza por "abrir los ojos”, es decir, por despejar la mente y equilibrar el interior. Si alguien con mala conciencia no se abre al Evangelio, será en la vida un torpe ciego, porque mantiene en tinieblas la mente y el corazón. P. Octavio Hidalgo

jueves, 19 de marzo de 2020

Dia del Seminario

ENLACE

San José, esposo de la Bienaventurada Virgen María - José fue un vecino más, un carpintero entre otros trabajadores. Su gente fue de clase sencilla. Cuando fueron al templo para presentar su ofrenda, con ocasión de la purificación de María, ofrecieron un par de tórtolas, la ofrenda de los pobres.A su lado y al lado de María, Jesús fue "creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres"

A san José se le menciona muy poco en los evangelios. San Mateo dice de pasada que fue una persona buena y justa (Mt 1,19). Como creyente, vivió en silencio religioso los acontecimientos inesperados que se produjeron en María y que le sorprendieron. Al ser profundamente creyente, fue también orante. Es en la oración donde se aclaran sus dudas y donde se fragua su colaboración al servicio de los planes de Dios, en compañía de María. José fue un vecino más, un carpintero entre otros trabajadores. Su gente fue de clase sencilla. Cuando fueron al templo para presentar su ofrenda, con ocasión de la purificación de María, ofrecieron un par de tórtolas, la ofrenda de los pobres. A su lado y al lado de María, Jesús fue "creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres" (Lc 2,52). P. Octavio Hidalgo

domingo, 15 de marzo de 2020

Tercer Domingo de Cuaresma - Este 15 de marzo la Iglesia celebra el tercer domingo de Cuaresma. El Evangelio del día corresponde a la lectura de Juan 4:5-42, pasaje en el que Jesús señala: «Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva.».

Oración final Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén

sábado, 14 de marzo de 2020

NOTA DE LOS OBISPOS DE LA PROVINCIA ECLESIÁSTICA DE SANTIAGO DE COMPOSTELA SOBRE LAS NUEVAS MEDIDAS EN LOS ACTOS RELIGIOSOS ANTE LA EXPANSIÓN DEL “CORONAVIRUS”

COMUNICADO IMPORTANTE Santiago de Compostela, 13 de marzo de 2020 Ante la situación creada por la expansión del virus Covid19, la responsabilidad por el bien de la salud propia y del prójimo nos lleva a adoptar algunas medidas destinadas a evitar la propagación de la enfermedad con ocasión de nuestras celebraciones litúrgicas y encuentros pastorales. Es una responsabilidad ciudadana y una exigencia del amor al prójimo prevenir el contagio en estos momentos. Estas nuevas medidas se añaden a las ya ofrecidas en la Nota de los Obispos de la Provincia eclesiástica de Santiago de Compostela del pasado 8 de marzo. Como indicación general, en espera de otras medidas que puedan ser adoptadas por el Ministerio de Sanidad o por la Consellería de Sanidade de la Xunta de Galicia, queremos invitar a todos los fieles a seguir las disposiciones dadas por nuestras autoridades sanitarias, y particularmente a aquellos que pertenecen a grupos considerados de riesgo, según los criterios oficiales de las autoridades sanitarias nacionales y autonómicas. Dadas las advertencias primeras, establecemos: 1. Celebraciones litúrgicas •Se dispensa a los fieles cristianos de las diócesis de la Provincia eclesiástica de Santiago de Compostela de la asistencia a la Eucaristía, los domingos y fiestas de precepto. Se puede seguir la santa Misa por radio o televisión, así como por internet. La comunión espiritual es una práctica tradicional de la Iglesia que hemos de recuperar en estas dolorosas circunstancias, y puede ser ocasión de santificación y de comunión eclesial. •Se suspende las celebraciones comunitarias y públicas de la Santa Misa hasta ser superada la actual situación de emergencia. •Los sacerdotes continuarán celebrando diariamente la Eucaristía, rezando por el Pueblo de Dios, siendo posible la asistencia de un pequeño grupo de fieles. Aunque no podamos reunirnos físicamente todos, seguimos siendo comunidad, parroquia, Iglesia de Dios. •Los funerales pueden celebrarse según la modalidad de “Celebración de las Exequias sin misa”. Las misas exequiales pueden ser celebradas después de esta fase crítica; o en estos momentos sólo con el grupo de los familiares más allegados. •Pospónganse las celebraciones de aniversarios hasta después de Semana Santa. •Estas indicaciones se aplicarán igualmente para las celebraciones litúrgicas de la Semana Santa. Aconsejamos igualmente a los responsables de las Cofradías que sigan también las orientaciones de las autoridades sanitarias. •Se suspende la celebración de las Confirmaciones. •Se ruega que se posponga, igualmente, cualquier otra celebración que no sea urgente. •Para el sacramento de la penitencia, úsense espacios que permitan cumplir con las exigencias higiénicas indicadas por las autoridades sanitarias. 2. Catequesis Se suspenden los encuentros parroquiales, arciprestales y diocesanos de catequesis, en principio hasta después de Semana Santa. 3. Actividades formativas Se suspenden, hasta nueva indicación, todos los encuentros programados por las distintas Delegaciones o Secretariados diocesanos y por los Arciprestazgos y las Parroquias. Igualmente se aconseja a las diferentes asociaciones y movimientos de nuestras Iglesias diocesanas que suspendan posibles encuentros previstos. 4. Acción caritativa Por lo que se refiere a la actividad de las Cáritas parroquiales, interparroquiales y diocesanas, no se cerrarán los espacios dedicados a la actividad caritativa. Pero se invita a extremar la prudencia en la atención individualizada. 5. Museos, bibliotecas y archivos Siguiendo la recomendación de las autoridades autonómicas, por el momento permanecerán cerrados al público los museos, las bibliotecas y los archivos dependientes de las Diócesis. Los templos de nuestras Diócesis seguirán abiertos, a menos que las autoridades sanitarias digan lo contrario, como signo de esperanza y a disposición de los fieles para que puedan ir a rezar, sin aglomeraciones y vivir en el silencio estos momentos difíciles. A los fieles se les recuerda la posibilidad de contactar con su Parroquia para cualquier necesidad, especialmente para la recepción de sacramentos como, por ejemplo, la Penitencia o la Eucaristía. Estamos viviendo un tiempo de desconcierto, aunque sabemos que Dios en su providencia está pendiente de nosotros pues no es ajeno a cuanto nos pasa. Hemos de pedir en estos momentos que nos ayude a vivir esta realidad con sentido profundamente cristiano. De acuerdo con nuestra fe, que nos invita a confiar siempre en Dios, exhortamos a la oración a todo el Pueblo de Dios, encomendando al Señor y a la Santísima Virgen María esta situación que atravesamos. Rogamos en particular que los presbíteros ofrezcan la Santa Misa por la salud de nuestro pueblo, particularmente de los enfermos y del personal sanitario; y que esta intención esté presente en el rezo de la Liturgia de las Horas, y en la oración de nuestras comunidades de vida consagrada, particularmente contemplativas. Los cristianos hemos de responder con responsabilidad y a través de la caridad, generando nuevas formas de presencia y de cuidado, muy particularmente hacia las personas solas o abandonadas. Ahora más que nunca necesitamos renovar nuestra confianza en Dios y reavivar en nosotros el don de la caridad. Así mismo agradecemos el trabajo abnegado que están realizando los profesionales sanitarios e investigadores científicos, así como los agentes de la pastoral de la salud. Estas medidas, y otras que eventualmente se pudieran tomar, a la espera de las indicaciones de las autoridades ante el nuevo escenario del estado de alarma, tienen carácter temporal. Y estarán en vigor en principio hasta después de Semana Santa. + Julián, Arzobispo de Santiago. + Luis, Obispo de Tui-Vigo. + Alfonso, Obispo de Lugo. + José Leonardo, Obispo de Ourense. +Luis Ángel cmf, Obispo de Mondoñedo-Ferrol. + Jesús, Obispo Auxiliar de Santiago. ENLACE

domingo, 8 de marzo de 2020

Domingo 2º de Cuaresma - La experiencia que tienen los discípulos en el alto de la montaña, por un lado, les asombra. Dios refrenda a Jesús como el Hijo predilecto. En adelante será el gran Profeta y la nueva Ley. Con Él comienza una nueva historia. Con Él acontece la plenitud de la Revelación. Tan fuerte fue el impacto, que querían quedarse en el alto del monte. Pero Jesús, por otro lado, les invita a bajar de la montaña, a volver a la realidad cruda y dura, porque hay que seguir arrimando el hombro en los duros trabajos del Evangelio. Quedarse en el alto sería una evasión

Creyente es aquella persona religiosa que escucha los planes que Dios le traza y los pone en práctica, tal y como percibe que Dios le indica, aunque no alcance a comprender todos los matices y riesgos del sí que pronuncia. Así es el testamento que nos dejan Abrahán y todos los grandes creyentes. Dios le dijo a Abrahán: "Sal de tu tierra...". Y "Abrahán marchó, como le había dicho el Señor". En la historia del Pueblo de Dios es reconocido como el padre de los creyentes. Su fidelidad, puesta en práctica, es de categoría. Este relato de la vocación de Abrahán, como otros semejantes de la Biblia, nos revelan que el Dios bíblico muchas veces nos descentra saludablemente. Todos corremos el peligro de instalarnos o de centrarnos en unos intereses y proyectos que no son los principales desde la óptica del Reino de Dios. Es muy probable entonces que el Espíritu intente cambiarnos los criterios y descolocarnos en función de una mayor solidaridad o de un mayor servicio al Reino. El creyente que responde con fidelidad a estas intervenciones sorpresivas de Dios, siente su compañía y su bendición. En la obediencia de su fe estriba su seguridad y su confianza. Esta convicción es imprescindible para arrimar el hombro en los duros trabajos del Evangelio. La experiencia que tienen los discípulos en el alto de la montaña, por un lado, les asombra. Dios refrenda a Jesús como el Hijo predilecto. En adelante será el gran Profeta y la nueva Ley. Con Él comienza una nueva historia. Con Él acontece la plenitud de la Revelación. Tan fuerte fue el impacto, que querían quedarse en el alto del monte. Pero Jesús, por otro lado, les invita a bajar de la montaña, a volver a la realidad cruda y dura, porque hay que seguir arrimando el hombro en los duros trabajos del Evangelio. Quedarse en el alto sería una evasión. Por tanto, las experiencias místicas son certeras si resultan oxigenantes y estimulan el compromiso por el Evangelio. P. Octavio Hidalgo