domingo, 30 de septiembre de 2018

Jesús nos da a entender con toda evidencia que todo lo bueno tiene que ver con Dios, y donde crece un valor humano es porque hay espiritualidad. Por tanto, lo que interesa es que avance el bien y la verdad en las personas y en la vida social. Y los cristianos nos hemos de alegrar de ello. Dios actúa en la historia con una gran libertad. Sus dones tienen alcance universal. El Espíritu sopla donde quiere y ciertamente de una manera plural y sorprendente...

COMENTARIO: Es severa la denuncia que hace la carta de Santiago sobre las desigualdades económicas. Es clara y directa la crítica que dirige a los egoístas que amontonan riquezas oprimiendo a los demás o cerrándose a compartir. Recordemos que una característica de los primeros cristianos fue la renuncia a la propiedad privada: "Lo tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y lo repartían entre todos, según la necesidad de cada uno". Por tanto, abusar de los bienes materiales y generar injusticia es uno de los mayores escándalos contra el Reino de Dios. La riqueza suele corromper y esclavizar; la pobreza, elegida libremente, libera y solidariza. Jesús, persona altamente comunitaria, aborda en este Evangelio cuestiones de gran importancia para la vida vecinal y eclesial. Por ejemplo, los cristianos no tenemos el monopolio ni la exclusiva del bien, de la verdad y del compromiso ciudadano. Otras gentes, grupos y asociaciones también trabajan por la humanización de los ambientes, de las relaciones sociales y de la cultura. Quienes desarrollan iniciativas de humanización están en la misma línea que nosotros: procuran el milagro del bien común que nosotros entendemos como Reino de Dios. En verdad, hay gente formidable, que no se reconoce creyente, pero que lucha por el bien común y se vuelca en servicio a los demás. Hay personas, con otra mentalidad, que empujan tanto o más que nosotros la marcha de la historia y hacen cosas admirables por los demás. De todos éstos, aunque tengan otras ideas, no hemos de desconfiar; al contrario, hemos de colaborar con ellos, porque hacen el bien, promueven el desarrollo y elevan la dignidad de las personas. Jesús nos da a entender con toda evidencia que todo lo bueno tiene que ver con Dios, y donde crece un valor humano es porque hay espiritualidad. Por tanto, lo que interesa es que avance el bien y la verdad en las personas y en la vida social. Y los cristianos nos hemos de alegrar de ello. Dios actúa en la historia con una gran libertad. Sus dones tienen alcance universal. El Espíritu sopla donde quiere y ciertamente de una manera plural y sorprendente. Otra aportación de este Evangelio es alertar fuertemente contra el escándalo. El mal ejemplo pone en peligro la fe de los sencillos, mientras que el testimonio ayuda a vivir con calidad. Jesús pide muy encarecidamente que no hagamos daño a nadie; para lo cual, evitemos bajezas e infidelidades. En definitiva, un cristiano ha de ser ejemplar en todo, ha de tener el espíritu muy abierto para ver la mano de Dios más allá de las fronteras de la Iglesia y ha de saber colaborar con todos los que hacen el bien. El Reino de Dios es mayor que la Iglesia. P.Hidalgo

martes, 25 de septiembre de 2018

El profesor de Danza Contemporanea , Coreógrafo y director Juan Cid natural de Chile actuó en el Teatro Afundación "Teatro Garcia Barbón" en Vigo Galicia España.el pasado 25 de Septiembre del 2018 - participarón en su actuación dos miembros de la asociación Madres Latinas Luisi Motta León (Lima Perú)tocando el Bombo Andino y Marcela Gala (Santiago de Chile) con los palos de lluvia. Recordamos a la Canta autora Chilena Violeta Parra con su canción "En los Jardines humanos" este evento fué organizado por la Asociación ASOPEN en Galicia.

El profesor de Danza Contemporanea , Coreógrafo y director Juan Cid natural de Chile actuó en el Teatro Afundación "Teatro Garcia Barbón" en Vigo Galicia España.el pasado 25 de Septiembre del 2018 - participarón en su actuación dos miembros de la asociación Madres Latinas Luisi Motta León (Lima Perú)tocando el Bombo Andino y Marcela Gala (Santiago de Chile) con los palos de lluvia. Recordamos a la Canta autora Chilena Violeta Parra con su canción "En los Jardines humanos" este evento fué organizado por la Asociación ASOPEN en Galicia.

domingo, 23 de septiembre de 2018

Las ambiciones vanas no conducen a nada bueno. Es nefasto para la comunidad la búsqueda de privilegios o el afán de poder que llevan a la competencia y al dominio avasallador. La especialidad de los cristianos por vocación ha de ser el servicio desinteresado y la humildad. En la Iglesia la persona más valiosa, la más digna y, por tanto, la más importante es la que ama más, la más sencilla y la que más sirve. He ahí el ideal...

Las personas buenas nunca lo han tenido fácil: En primer lugar, porque hay que ganar la batalla interior del equilibrio y del deseo de santidad; en segundo lugar, porque hay que superar muchas tentaciones del ambiente. Lo describe muy bien el libro de la Sabiduría y lo vemos plasmado en la vida de Jesús así como en la historia de tantas personas de buena voluntad. Quienes quieren ser fieles a Dios y a su conciencia sufren cantidad de acosos y de hostilidades que ellos no se buscan; se los ponen los demás. Vivir la fe con radicalidad hace que uno sea diferente, que no sea del montón. Pero esto no les gusta a los del montón, porque la vida de los buenos es un símbolo que reprocha la mediocridad de los demás. Por eso hay que eliminarlos o lograr por todos los medios que sean del montón. Éstos resisten porque Dios los ilumina y acompaña. El Evangelio presenta nuevas y desconcertantes lecciones de Jesús. Si cautivaba a tanta gente es porque enseñaba desde la experiencia. Su doctrina es, sobre todo, un testimonio. Jesús es claro y directo a la hora de enseñar. Busca estar cercano y ser práctico para el pueblo. Sin embargo, hay gente que no le entiende o no le quiere entender, tal vez porque es demasiado explícito y no oculta su destino: entrega, fidelidad, sacrificio con todas las consecuencias. Ayer, como hoy, Jesús nos parece demasiado valiente. Acaso por eso evitamos rezar: "Vete a ver lo que nos puede decir...". Constata el Evangelio que a los discípulos les daba miedo preguntarle... ¿A nosotros? En el grupo de los discípulos, hombres de carne y hueso como nosotros, había malas ambiciones. Habían discutido por el camino porque unos querían sobresalir sobre otros, con las consiguientes envidias, recelos... Jesús los sorprende, una vez más, con una doctrina que no se lleva: "Quien quiera ser el más importante, que se haga el último de todos y el servidor de todos". O sea, los mejores cristianos son aquellos que eligen no sobresalir, sino ser los últimos, los más pequeños y simples (por ejemplo, como los niños), y los que sirven a todo el mundo. En otras palabras, el mejor brillo que puede tener la personalidad de un cristiano es el de la sencillez y el servicio. Como siempre, Jesús lleva toda la razón. Las ambiciones vanas no conducen a nada bueno. Es nefasto para la comunidad la búsqueda de privilegios o el afán de poder que llevan a la competencia y al dominio avasallador. La especialidad de los cristianos por vocación ha de ser el servicio desinteresado y la humildad. En la Iglesia la persona más valiosa, la más digna y, por tanto, la más importante es la que ama más, la más sencilla y la que más sirve. He ahí el ideal. P.Hidalgo

domingo, 16 de septiembre de 2018

Eucaristía en Honor a la Virgen de Coromoto "Patrona de Venezuela" hoy 16 de Septiembre del 2018 en la Iglesia de los Picos, organizado por la Asociación Venezolana Amigos de Venezuela en Vigo Galicia España

El texto evangélico es sorprendente y desafiante. Ningún cristiano que medite mínimamente el Evangelio se escapa de la encuesta directa que hace Jesús a sus discípulos: ¿Qué dices de mí?, ¿qué significo en tu vida?, ¿quién dices que soy? No interesa tanto la respuesta ideológica o cultural que podamos dar, cuanto la respuesta creyente: Por experiencia de fe, ¿qué decimos de Jesús?, ¿qué nos dice el alma que digamos?..

COMENTARIO: Creer es vivir como Jesús. El verdadero creyente nota que la fe le hace vibrar por completo. Por tanto, es más que un credo de verdades, es también una adhesión del corazón y un compromiso que se traduce en obras. Sólo una fe comprometida es sincera y auténtica. Refresquemos algunas vivencias y consideraciones: — La fe siempre es un don. Es también una razón poderosa para dar sentido a la vida. ¿Ilumina tu interior? ¿Cómo? — La fe se demuestra en la manera de actuar. La fe sin obras está vacía. ¿Cómo demuestras tu fe? — La fe recia y consolidada de los santos, ¿te dice algo? — La fe siempre provoca compromiso. ¿Te pide la fe algún compromiso? ¿Lo llevas a la práctica? El texto evangélico es sorprendente y desafiante. Ningún cristiano que medite mínimamente el Evangelio se escapa de la encuesta directa que hace Jesús a sus discípulos: ¿Qué dices de mí?, ¿qué significo en tu vida?, ¿quién dices que soy? No interesa tanto la respuesta ideológica o cultural que podamos dar, cuanto la respuesta creyente: Por experiencia de fe, ¿qué decimos de Jesús?, ¿qué nos dice el alma que digamos? Pedro confiesa: "Tú eres el Mesías". Pero no entiende que el Mesías tenga que sufrir tanto para salvar al mundo. Por un amor mal entendido tienta a Jesús, para que desista de su misión: no hace falta pagar un precio tan alto. Pedro pensaba al modo humano, no como Dios. Al igual que tantos judíos, había imaginado un Mesías con un proyecto diferente, triunfalista. Pero la lógica de Dios va por otro camino. La victoria del Mesías será consecuencia de su fidelidad sufriente, como expresa el texto de Isaías. Así pues, Jesús reprende a Pedro con dureza, porque está siendo en ese momento como el mismo diablo. Y dice más: no es verdadero seguidor suyo quien no acepte su mentalidad y sepa vivir con la espiritualidad de la cruz. Y añade: no hay mayor satisfacción en la vida que cuando uno se entrega y se sacrifica por amor. Amigos, qué raro es encontrar personas que piensen como Dios. Qué difícil es entender y aceptar a Jesús si no practicamos la conversión. Él no busca la cruz como un masoquista. No quiere el dolor por el dolor. Simplemente nos recuerda que la vida está entrecruzada, porque el sufrimiento es un componente de la existencia que hay que saber asumir. Todos tenemos nuestro viacrucis particular. Es imposible cumplir la voluntad de Dios sin abrazarse a la cruz. Qué razón tenía Jesús con aquella bienaventuranza: "Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la Tierra". Él no aconseja algo que no vea lógico y necesario y no lo testimonie anticipadamente. Por último, ¿cómo entendemos eso de "negarse a sí mismo para ganar la vida"? ¿Cómo nos suena ahora que tanto se habla de bienestar, de culto a la imagen y de hacer lo que apetece? La psicología asegura que para vivir con equilibrio y en armonía necesitamos ejercer un control sobre nosotros mismos. La espiritualidad evangélica, más práctica y humanizante, nos dice que sólo tendremos salud interior si invertimos la vida en amor, servicio y donación. P.Hidalgo.

domingo, 9 de septiembre de 2018

Los primeros cristianos resumían el testimonio de Jesús diciendo que pasó por el mundo haciendo el bien. ¿Cómo se consigue esto? Planteándolo y decidiéndolo todos los días, valorando el amor y el servicio a los demás como mandamientos que lo resumen todo. Si decidimos a diario hacer bien lo que hacemos y hacer el bien a los demás, casi sin darnos cuenta iremos creciendo en sensibilidad y en equilibrio. De momento, ahí tenemos el ejemplo de Jesús, reconocido y aplaudido por la gente. ..

COMENTARIO: Podemos afirmar que la atención, y hasta la predilección por los desfavorecidos, es el hilo conductor del mensaje bíblico de hoy. Es una constante en la Biblia la preocupación por los más necesitados. No es que haya que favorecerlos porque sean mejores, sino porque suelen ser víctimas de la injusticia y de la desigualdad de oportunidades, porque toda persona es sujeto de una dignidad fundamental y porque el objetivo de Dios es la fraternidad. Así pues, destacamos en primer lugar, la frase del texto de Isaías: "Decid a los cobardes de corazón: sed fuertes, no temáis". Resaltamos esto porque el Dios de la vida y el Mesías redentor pueden hacer muy poco por nosotros si mantenemos una condición débil, encogida y enfermiza. El mayor milagro que busca Dios en cada uno de nosotros es que desarrollemos plenamente todas nuestras capacidades y sentidos. Es así como entiende su desquite en nuestro favor. Salvación divina y plenitud de rendimiento por nuestra parte se corresponden. En segundo lugar, recordamos que el aire de comunión y de fraternidad es el que debe respirarse siempre en toda comunidad cristiana. Los privilegios discriminatorios son el resultado de una práctica humana contraria a los planes de Dios. Para Él todos somos iguales en origen y en dignidad: todos somos sus hijos. De ahí deriva que el título fundamental entre los cristianos sea el de hermano. Por tanto, hacer fraternidad es una tarea principal que nos pide nuestra vocación. La carta de Santiago lo refuerza: "No juntéis la fe... con la acepción de personas". En la comunidad cristiana no han de existir privilegios ni favoritismos. En todo caso, nos hemos de fijar más en quienes tienen menos recursos y más limitaciones, no para generar una nueva desigualdad, sino por exigencia del Reino de Dios. Asimismo, recordamos en tercer lugar, que todo milagro evangélico es, ante todo, un signo. Por tanto, hay que descubrir desde la fe cuál es su significación y qué mensaje aporta. Digamos, por ejemplo, que un sordomudo está muy limitado para la comunicación, por lo que fácilmente sufre aislamiento. Con la curación Jesús le facilita una mayor integración social y, en el ámbito de la fe, una mayor relación con Dios y con la comunidad creyente. La comunicación con Dios y con los demás son decisivas para el desenvolvimiento personal. La persona que dialoga no sólo habla, también escucha; no sólo propone, también recibe; no sólo comparte ideas, también sentimientos. Uno de los valores que resaltan en Jesús son sus sentimientos. Es un rasgo sobresaliente de su personalidad, que se aprecia de manera especial en el contacto con los enfermos y los desfavorecidos. Con éstos Jesús dialoga menos con palabras y más con gestos simbólicos y con el lenguaje de los sentimientos. Con el sordomudo del Evangelio Jesús utilizó este lenguaje sacramental y resultó operativo. Por último, procede destacar una frase del Evangelio. En el colmo del asombro la gente decía de Jesús: "Todo lo ha hecho bien". Los primeros cristianos resumían el testimonio de Jesús diciendo que pasó por el mundo haciendo el bien. ¿Cómo se consigue esto? Planteándolo y decidiéndolo todos los días, valorando el amor y el servicio a los demás como mandamientos que lo resumen todo. Si decidimos a diario hacer bien lo que hacemos y hacer el bien a los demás, casi sin darnos cuenta iremos creciendo en sensibilidad y en equilibrio. De momento, ahí tenemos el ejemplo de Jesús, reconocido y aplaudido por la gente. P.Hidalgo

sábado, 8 de septiembre de 2018

Misa en Honor a la Virgen de la Caridad del Cobre "Patrona de Cuba" Sábado, 8 de Septiembre 2018 en la Iglesia de Maria Auxiliadora en Vigo Galicia España

La Virgen de la Caridad del Cobre es la patrona de los cubanos. Algunos la conocen simplemente como la Caridad del Cobre o "Cachita". Desde tiempos inmemorables en cada hogar de Cuba se puede ver un cuadro o una reliquia con la imagen de la virgencita. La imagen representa la Virgen María Santísima con un Niño Jesús en sus brazos y una cruz. La imagen original, la misma que fue encontrada en los mares al norte de Oriente hace ya más de 400 años, se encuentra actualmente y se venera en la Basílica Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre en Santiago de Cuba. Es destino de la peregrinación de miles de creyentes que acuden diariamente a venerar la virgen e implorar sus favores y bendiciones. Especialmente el día 8 de septiembre, día de la Virgen es inmensa la cantidad de personas que acuden desde todas partes de Cuba a rendirle homenaje. ENLACE

domingo, 2 de septiembre de 2018

La fe, como actitud religiosa, supone el impacto de Dios, es un don del Espíritu, nos motiva a ser obedientes a lo que Dios nos pide, abarca a toda la persona, resuena en la propia espiritualidad y se expresa en el testimonio y en el compromiso. Según esto, nos preguntamos también: ¿Cómo es nuestra fe? ¿Cómo la vivimos? ¿Se parece más a un conjunto de verdades que hay que saber y creer o es una experiencia personal de aceptación de Dios que nos ha tocado el corazón? ¿Se reduce a lo íntimo y privado de nuestra persona o nos planta de lleno ante los problemas de la vida reclamando que nos comprometamos? ¿Es algo particular o es también comunitaria y, por tanto, para ser compartida y enriquecida con los otros?...

COMENTARIO: Dios no se aleja nunca del mundo, ni se aparta de nosotros porque nos ha jurado una Alianza perpetua. Él no tiene más empeño que revelarse, de tal manera que podamos entender su mensaje salvador y vivenciar su cercanía amorosa. Si no lo percibimos, hay que concluir que es por falta de sensibilidad y de apertura de corazón por nuestra parte. La carta de Santiago nos dice que la Palabra de Dios ha sido plantada en nosotros como una muestra más del cariño que nos tiene. Si la asimilamos y la ponemos en práctica, se notará muy pronto cómo influye en la calidad de vida. Porque la Palabra de Dios no penetra en nuestro interior de una manera desapercibida. Si la aceptamos de corazón, nos cambia por dentro y nos pide compromiso. Estos mensajes y el del Evangelio nos dan pie para meditar un poco más sobre la religiosidad y la fe. Los fariseos, ese grupo de personas, que tantas veces discute con Jesús, dan mucha importancia a la condición religiosa y creyente. Pero no siempre la entendieron bien. Por eso tienen tantos desacuerdos con Jesús. Veamos: La religiosidad, bien entendida, coloca al ser humano en perspectiva de salvación, es decir, de total realización personal. Pero, como todo en la vida, la religiosidad también se puede viciar. Y es entonces cuando aparecen las deformaciones. El Evangelio comenta cómo los fariseos daban más importancia a unas costumbres rituales de limpieza exterior que a la pureza de corazón. Nosotros, en otra línea, nos podemos preguntar: ¿Por qué hay tantos montajes en torno a algunos santuarios e imágenes que se dicen especialmente milagrosas? ¿Por qué se hacen promesas a cambio de determinados resultados? ¿Por qué se encienden velas en determinadas situaciones? ¿Por qué tenemos ciertas imágenes en casa, en el coche...? ¿Por qué llevamos medallas, cruces... al cuello? Reflexionemos en profundidad sobre esto. La fe, como actitud religiosa, supone el impacto de Dios, es un don del Espíritu, nos motiva a ser obedientes a lo que Dios nos pide, abarca a toda la persona, resuena en la propia espiritualidad y se expresa en el testimonio y en el compromiso. Según esto, nos preguntamos también: ¿Cómo es nuestra fe? ¿Cómo la vivimos? ¿Se parece más a un conjunto de verdades que hay que saber y creer o es una experiencia personal de aceptación de Dios que nos ha tocado el corazón? ¿Se reduce a lo íntimo y privado de nuestra persona o nos planta de lleno ante los problemas de la vida reclamando que nos comprometamos? ¿Es algo particular o es también comunitaria y, por tanto, para ser compartida y enriquecida con los otros? Seguramente habrá mucho que cribar tanto en nuestra religiosidad como en nuestra fe. No es fácil hacer esta criba, pero es saludable y necesario. Cada cual vea. Un apunte final: Jesús, por principio, no está en contra de las tradiciones ni de las costumbres de su pueblo. No ha venido a echar por tierra nada que sea bueno y sirva a la gente. Pero, si no es así, si son deformaciones de la religiosidad y de la fe, y, por tanto, no favorecen al Reino de Dios, Él las rechaza frontalmente. Su sensatez le lleva a valorar lo que es limpieza de corazón y culto del espíritu. Está convencido, y así lo proclama, que lo que agrada a Dios no es el cumplimiento de unos ritos o de unas costumbres, sino las intenciones y las aspiraciones del corazón. Lo bueno y lo malo del ser humano sale de su interior. Por eso es fundamental y necesario cultivar la espiritualidad; de lo contrario, las intenciones se tuercen fácilmente. Para Jesús, lo que más vale del ser humano es su interior: sus aspiraciones, sus actitudes, sus decisiones. ¿Creemos también nosotros que una persona vale lo que vale su interior? P.Hidalgo.