domingo, 31 de enero de 2021

Si Jesús asombra, atrae y convence es porque encarna un estilo de vida que enlaza con las aspiraciones más nobles de las personas. Por eso se le reconoce autoridad: en él hay una total fidelidad a los dones de Dios, hay un alma limpia, generosa y comprometida y hay victoria sobre las tentaciones y sobre las tendencias diabólicas que muchas veces se apoderan de las personas y de los ambientes

Los creyentes interpretamos la historia como historia de salvación gracias a las intervenciones de Dios y de sus profetas. Dios ha ido suscitando profetas en medio del pueblo para que sean sus testigos: anuncien, denuncien y sean la alternativa de su proyecto salvador. El profeta superior y excepcional, el profeta culminante de todos los tiempos es Jesús de Nazaret. La segunda lectura recoge el consejo de San Pablo sobre el celibato y la virginidad. Esta vocación es una más dentro de la Iglesia, un don del Espíritu al servicio del Reino de Dios y una gran riqueza para la Iglesia. No es una vocación superior ni más perfecta. La vocación fundamental de todos los cristianos es la bautismal. El Evangelio es igualmente atractivo y exigente para todos los cristianos, como la santidad es una llamada y un deber de todos. El celibato es una vocación particular y específica que da colorido a la vida eclesial como otras lo hacen desde la de su propio estado o condición. El evangelio de Marcos presenta ya en su comienzo al Jesús adulto en lucha con los espíritus del mal, arrojándolos fuera de las personas y dejando claro su objetivo redentor. Él enseña y actúa con autoridad. Todo él está lleno de verdad y de bondad. La gente descubre en su persona un modo nuevo y diferente de presentar los valores humanos y religiosos: es coherente, testimonial, es un místico y un profeta de Dios que marca otras pautas, despierta las conciencias, propone un proyecto alternativo que muchas veces los listos de este mundo pretenden ocultar por intereses bajos. Si Jesús asombra, atrae y convence es porque encarna un estilo de vida que enlaza con las aspiraciones más nobles de las personas. Por eso se le reconoce autoridad: en él hay una total fidelidad a los dones de Dios, hay un alma limpia, generosa y comprometida y hay victoria sobre las tentaciones y sobre las tendencias diabólicas que muchas veces se apoderan de las personas y de los ambientes. No hay mayor autoridad que la que brota del alma; y ésa es la de Jesús. Está por encima de los votos y de la democracia. Tal autoridad ayuda a las personas a ser mejores. El poder generalmente corrompe. P. Octavio Hidalgo

sábado, 30 de enero de 2021

El próximo sábado, 6 de febrero, Luis Quinteiro presidirá la misa en la que se celebrará esta Jornada en el templo parroquial del Corazón de María —situada en la calle Honduras— a las 19 horas. Con motivo del Covid-19, el aforo estará reducido a un tercio de la capacidad máxima del templo y deberán seguirse, en todo momento, las medidas de higiene y seguridad estipuladas por las autoridades sanitarias para combatir la propagación de la pandemia.

El obispo de Tui-Vigo, Luis Quinteiro Fiuza, ha publicado una nueva Carta Pastoral con motivo de la celebración de la Jornada de la Vida Consagrada cuyo lema, La Vida Consagrada, parábola de la fraternidad en un mundo herido, se hace eco de la situación de crisis provocada por la pandemia del covid-19 que ha puesto de relevancia la misión de las personas consagradas definida por Mons. Quinteiro como «signo visible de la cercanía del Padre para con todo ser humano». ENLACE

domingo, 17 de enero de 2021

La vocación cristiana es una llamada por parte de Dios. Unos la sienten directamente en su interior; a otros les llega por medio de terceras personas, contactos, situaciones, acontecimientos... Dios sorprende y nos descoloca cuando menos lo imaginamos. La vocación produce un impacto, fragua un encuentro y se proyecta en un compromiso y en una misión..

Sin religiosidad y sin fe difícilmente se percibe la comunicación de Dios. Él se comunica. Pero son imprescindibles el silencio interior y la apertura de corazón para captarlo. Dios lleva la iniciativa en la historia de salvación. Pero no lo hace todo. Necesita de nuestra colaboración. El relato de la vocación de Samuel es un ejemplo de cómo Dios llama y cómo los creyentes debemos escuchar, discernir y responder a sus llamadas. La vocación cristiana es una llamada por parte de Dios. Unos la sienten directamente en su interior; a otros les llega por medio de terceras personas, contactos, situaciones, acontecimientos... Dios sorprende y nos descoloca cuando menos lo imaginamos. La vocación produce un impacto, fragua un encuentro y se proyecta en un compromiso y en una misión. Generalmente se precisa de testigos experimentados para discernir con claridad la voz de Dios, los signos de los tiempos y el sentido de las cosas. Samuel quería vivir en la onda de Dios. El servicio de Elí consiste precisamente en ayudarle a distinguir la voz divina de la humana. He ahí uno de los aspectos fundamentales del acompañamiento espiritual. Ante la irrupción en público de Jesús, Juan el Bautista considera que ha llegado el momento de cerrar su escuela y de llevar a sus discípulos al seguimiento de Jesús. En adelante es al Cordero de Dios a quien hay que seguir. Él ya ha cumplido como precursor: ha preparado el camino y ha señalado su presencia. Con esto, Juan demuestra una gran talla humana y un gran servicio como testigo, que sabe desprenderse de los suyos y no hacer sombra al único Pastor. Para el Bautista estaba muy claro: "Conviene que él crezca y yo disminuya". Según el Evangelio de Juan, el germen del grupo de los seguidores de Jesús se fundamenta en una experiencia: fueron, vieron y después comunicaron: "Hemos encontrado al Cristo". La fe, en efecto, es consecuencia del encuentro con Jesús. Pero no es posible tal encuentro si uno no lo aspira, no está abierto, no busca... Este encuentro personal con Jesús es el mayor don y la mayor suerte que nos puede acontecer. Se supone que todos nosotros hemos sido tocados en el alma por Jesús. No obstante, cabe la pregunta: ¿Con qué intenciones lo seguimos? ¿qué buscamos? ¿qué pretendemos siguiendo a Jesús. P.Octavio Hidalgo.

domingo, 10 de enero de 2021

Bautismo del Señor Una de las primeras escenas del Jesús adulto, comprometido con Dios Padre y con su Reino, es la del Jordán, cuando aparece como un pecador más y pide a Juan el bautismo de conversión. Para los contemporáneos de Jesús el bautismo era un rito penitencial por el que se reconocían pecadores, pero arrepentidos y dispuestos a vivir en obediencia a Dios.

Con la fiesta del Bautismo del Señor acaba el tiempo de Navidad y comienza el tiempo ordinario. Éste es un domingo bisagra, que engancha la vida oculta de Jesús con los inicios de su presentación pública como Mesías. Una de las primeras escenas del Jesús adulto, comprometido con Dios Padre y con su Reino, es la del Jordán, cuando aparece como un pecador más y pide a Juan el bautismo de conversión. Para los contemporáneos de Jesús el bautismo era un rito penitencial por el que se reconocían pecadores, pero arrepentidos y dispuestos a vivir en obediencia a Dios. Esta imagen de Jesús es llamativa y sugerente: El que quita el pecado del mundo, el santo de Dios asume la condición humana con toda su debilidad y el pecado de todos. Así, con esta convicción penetra Jesús en el Jordán, pidiendo perdón por el pecado ajeno que hace propio. Esta estampa sorprendente significa y revela hasta dónde llega su talante redentor. Hay que resaltar cómo el Espíritu, que lo empapa y lo ilumina, lo mueve a realizar tales gestos de comunión liberadora. Jesús se solidariza con los pecadores para liberarlos como Redentor. Y todo el cielo, abierto, apoya y aplaude este proyecto: "Éste es mi Hijo amado...". A partir de ahora el objetivo apasionado y declarado de Jesús será evangelizar, es decir, dedicarse por completo a hacer Reino de Dios. Como escribe un autor de nuestros días, "mirad... No lleva armas ni alforjas. No grita ni vocea. No amenaza ni castiga. No se doblega ni vacila. En sus manos libres levanta una bandera de justicia. Se alía con la misericordia para abrir los ojos del ciego, curar heridas y enfermedades. Prefiere la misericordia al sacrificio. Se carga de libertad para expulsar demonios y sacar cautivos de la prisión. Es médico de corazones. Trae las mejores noticias para los pobres, que serán sus preferidos. Proclama la amnistía de todas las deudas. Inaugura tiempos de bendición y jubileos de gracia. No quiere ser servido, sino servir... Ofrecerá agua viva a los sedientos. Multiplicará los panes para los hambrientos, y él mismo será pan partido para alimentar mejor" (R. Prieto). Por otra parte, el bautismo de Jesús nos da pie para considerar que nosotros también hemos sido bautizados. El Espíritu que estuvo presente en el bautismo de Jesús también ilumina nuestra conciencia y nos provoca a realizar la obra de Dios. Nuestra identidad ha de reflejar que estamos de parte de Jesús, que lo seguimos convencidamente y que nos atrae la espiritualidad del Evangelio. Se nos ha de notar que trabajamos por el Reino de Dios. Como Jesús, nos veremos acosados por mil tentaciones. Pero Dios nos acompaña y ayuda de mil formas. La aventura de Jesús es también la aventura de cada bautizado. P. Octavio Hidalgo.

domingo, 3 de enero de 2021

Domingo 2º después de Navidad - En el colmo del amor, y para orientarnos, Dios ha decidido vivir como uno de nosotros. ¿Cabe otra iniciativa mejor? Su sabiduría alternativa alumbra unos valores y una felicidad que no se pueden percibir de espaldas a la luz y hundidos en las tinieblas. Sin embargo, en Jesús todos podemos llegar a la plenitud, es decir, a la experiencia máxima de vivir en comunión como hijos de Dios. Por eso destacamos que Jesús es el ideal y el fundamento para vivir acertadamente. En él Dios Padre nos bendice generosamente. En esto consiste la Navidad: Dios Padre nos invita a compartir la condición de Jesús

El mensaje de hoy es como un eco del presentado el día de Navidad. Se concentra en la Palabra de Dios hecha persona, rebosante de sabiduría, vida y luz. Dios ha querido acercarse, acampar en medio del pueblo, deseoso de orientar a todos por el camino de la salvación. No se cansa de ofrecernos su revelación, porque lejos de ella lo único que encontramos es tiniebla y ruina. Esta revelación culminante se ha realizado por medio de Jesús. Su persona (hechos y palabras) es el mensaje sobresaliente, la Palabra superior y definitiva de Dios que traza el estilo humano más convincente. De nuevo hay que resaltarlo: En el colmo del amor, y para orientarnos, Dios ha decidido vivir como uno de nosotros. ¿Cabe otra iniciativa mejor? Su sabiduría alternativa alumbra unos valores y una felicidad que no se pueden percibir de espaldas a la luz y hundidos en las tinieblas. Sin embargo, en Jesús todos podemos llegar a la plenitud, es decir, a la experiencia máxima de vivir en comunión como hijos de Dios. Por eso destacamos que Jesús es el ideal y el fundamento para vivir acertadamente. En él Dios Padre nos bendice generosamente. En esto consiste la Navidad: Dios Padre nos invita a compartir la condición de Jesús. ¡Qué grande y elegante ha estado Dios con nosotros! Ha querido entrar en la historia como una cuña de luz. Y nos ha dejado su Espíritu para alargar esta Luz de generación en generación, de manera que podamos comprender la esperanza a la que nos llama y la riqueza de gloria que nos espera si trabajamos la santidad personal y comunitariamente. Por eso, es un desacierto dar la espalda a esta Palabra que es Vida, Luz, Sabiduría y Amor: Vino a los suyos y los suyos no la recibieron... Sin embargo, los limpios de corazón y los sencillos son quienes acogen a Jesús: agradecen su Luz, meditan su Palabra y aprovechan su Sabiduría para vivir en progresivo crecimiento. P. Octavio Hidalgo

viernes, 1 de enero de 2021

Dia 1 de Enero 2021 - Año Nuevo

Este día trae consigo varios mensajes. En el umbral del año la Iglesia nos presenta a María como madre. El cariño y la admiración que sentimos por ella nos llevan a destacarla desde el primer día por los valores que aporta como persona y como creyente. Se ha dicho de María que “es el sacramento de la ternura maternal de Dios". La Virgen Madre, que alumbra a Jesús, nos lo entrega al comienzo de cada año para que asimilemos su mensaje y su espiritualidad. María fue una creyente de mucha vida interior: meditaba los acontecimientos desde la fe, los rumiaba en su corazón. Esta estampa de María constituye una sugerente invitación a vivir el año con talante de interioridad. Cada nuevo año es un don que debemos agradecer. No es cuestión de llenar la vida de años, sino de llenar los años de vida. En este sentido cada año es un reto: es nuevo y distinto. ¿Lo valoramos así? Vivamos cada día como un tiempo de gracia y como un espacio para la creatividad. Las instituciones promueven en este día el valor de la paz. Socialmente se invita a vivir todo el año en la tónica de la paz, del equilibrio, de la armonía. Nosotros recordamos aquella bienaventuranza: "dichosos los que trabajan por la paz". Y nos animamos a vivir todo el año con estas consignas: — Cree en la vida, a pesar de la muerte. — Acoge la vida como un don y desarróllala como una tarea. — No maldigas ni lamentes haber nacido. — Defiende la vida donde esté amenazada. — No hieras a nadie de ningún modo. — Comparte la vida con tu pueblo, apoyando sobre todo a los más débiles. — Arriésgate por causas nobles. — Siembra la paz en la familia y entre los vecinos. — Entrégate al estilo de Jesús, el gran testigo de la Vida. P. Octavio Hidalgo