miércoles, 30 de marzo de 2016

Jornada por la Vida: 5 de Abril del 2016 «Cuidar la vida, sembrar esperanza»

La creación proclama la bondad y el amor de Dios. Efectivamente, Dios, en su amor eterno, creó el universo y en él llamó a la existencia al hombre y a la mujer para que poblasen la tierra y colaborasen con Él en la obra de la creación, en la perfección de todo lo que había creado que, como repiten insistentemente los primeros versículos del Génesis, «vio Dios, que era bueno, que era muy bueno». La creación se nos ha confiado para que sea el fundamento de una existencia creativa en el mundo, para que la perfeccionemos y dejemos también en ella la huella de nuestro amor, no la huella del maltrato, del abuso y la explotación. El papa Francisco nos llama a cuidar y proteger con ternura este mundo que Dios nos ha dado, a hacerlo bello y hermoso, a transformarlo en hogar de hermanos y hermanas, en casa habitable por el ser humano, transparentando la hermosura y el amor de Dios; nos llama, en suma, a cuidar la vida y a sembrar esperanza Es una realidad esperanzadora el constatar cómo la conciencia ecológica va creciendo en nuestros días, y cómo son cada vez más los que se preocupan por cuidar el medioambiente y preservar la naturaleza. Porque es nuestra casa, y tenemos que cuidarla, para nosotros y para las generaciones venideras. Como toda casa, como todo hogar, algún día acogerá a nuestros hijos. «La tierra es nuestra casa, nuestro hogar, como una madre bella que nos acoge entre sus brazos». En este cuidado de la casa común debe ocupar un puesto central la ecología humana, que debe ser promovida y protegida como expresión de quienes son no solo criaturas, sino más aún, «imagen y semejanza» de Dios. «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza» (Gén 1, 26) –es el diálogo de amor de Dios– «creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó» (Gén 1, 28). Es la impronta personal de Dios en la creación y lo que en último término la fundamenta y llena de sentido. En el cuidado de la ecología humana se encuentra como elemento primordial el cuidado de todas las personas, desde el inicio de su existencia hasta su muerte natural. La encíclica Laudato si nos habla de la necesaria ecología ambiental, social, económica, cultural y de la vida cotidiana (LS,137-155), todo ello con vistas de promocionar el bien común: la ecología integral es inseparable de la noción de bien común, un principio que desempeña un papel central y unificador en la ética social. Es «el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección» En la fiesta de la Anunciación del Señor la Iglesia celebra la jornada a favor de la vida, con el lema: “cuidar la vida, sembrar esperanza”. FUENTE

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