domingo, 17 de diciembre de 2017

En el tercer domingo de Adviento resalta el protagonismo del Espíritu. Es Él quien envía al mensajero de Dios para rescatar, curar y anunciar buenas noticias, proyectos de gracia, experiencias de amor y de libertad. El mismo Espíritu es quien provoca un gozo desbordante en la comunidad, el que suscita profetas en medio del pueblo, como Juan el Bautista, para que sea mayor la comprensión y el contagio del Evangelio. Ellos no son la Luz, pero sí testigos de la Luz. También nosotros hemos de ser testigos de la Luz, voz que anuncia la cercanía del Señor, aunque parezca que son pocos los que quieren oír...

La personalidad de Juan el Bautista y de tantos profetas es impresionante. Para nosotros Juan es un gran ejemplo de lo que debe ser y debe hacer un testigo que facilita el encuentro con Jesús y que anuncia que ya está en medio del pueblo. Él fue por delante preparando la venida del Señor. El mismo dijo a sus discípulos: "Ese es el Cordero de Dios, seguidlo". Juan es también un modelo de sinceridad. Confiesa sin reservas que no es el Mesías, sólo el precursor que lo anuncia. Es, así mismo, un modelo de humildad. No quiere hacer sombra a Jesús: se quita del medio cuando Éste entra en escena. Ni siquiera se cree digno de desatarle la correa de las sandalias. Y, por último, Juan es también un ejemplo de valentía y de riesgo: por su sinceridad de profeta se jugará la vida. Por otro lado, este tercer domingo de Adviento rezuma un mensaje de alegría. Lo resaltan singularmente las dos primeras lecturas. El motivo es que estamos en la era del Espíritu, en el tiempo de gracia del Señor. Efectivamente, la alegría es un don del Espíritu, nada fácil de mantener. Nos referimos a esa alegría sana, limpia y depurada, no a los sucedáneos. La alegría cristiana es de las verdaderas. Se basa en la experiencia de Dios y llena de dinamismo a los creyentes. Los cristianos estamos llamados a vivirla y a contagiarla frente a tanto desencanto y malestar como se constata. El Adviento nos invita a resaltarla, compartirla y celebrarla. Resumiendo, el mensaje de hoy no sólo invita al entusiasmo, sino también al testimonio gozoso y valiente, característico de los hijos de la Luz, para que Jesús sea reconocido como el Dios-con-nosotros, el Redentor, con un Evangelio sobresaliente y ejemplar. P.Hidalgo

domingo, 10 de diciembre de 2017

En el hoy de la Iglesia nos puede resultar chocante "preparar el camino al Señor", cuando en realidad Él ya ha venido. Sin embargo, es posible que no haya podido hacer el recorrido del todo, porque en algún momento hemos abierto una zanja o hemos echado demasiados escombros en el camino intentando impedir su acceso. Preguntémonos sinceramente: ¿Nunca le hemos cerrado el camino al Señor?. Él es tan respetuoso con nuestra libertad que no puede llegar hasta nosotros si no se lo facilitamos, es decir, si no allanamos los senderos

COMENTARIO.- Vivir es caminar. Todo ser humano ha nacido para andar y progresar. Quedar parado puede resultar cómodo, pero es engañoso. Caminar es causa y consecuencia de que hay ganas de vivir. El camino es un símbolo con muchos significados. Este símbolo se utiliza frecuentemente en la Biblia. Todos los años en Adviento oímos la misma propuesta: "Preparad el camino al Señor". ¿A qué nos suena? ¿Encontramos al Señor en el caminar de la vida? En el hoy de la Iglesia nos puede resultar chocante "preparar el camino al Señor", cuando en realidad Él ya ha venido. Sin embargo, es posible que no haya podido hacer el recorrido del todo, porque en algún momento hemos abierto una zanja o hemos echado demasiados escombros en el camino intentando impedir su acceso. Preguntémonos sinceramente: ¿Nunca le hemos cerrado el camino al Señor?. Él es tan respetuoso con nuestra libertad que no puede llegar hasta nosotros si no se lo facilitamos, es decir, si no allanamos los senderos. Frecuentemente los seres humanos complicamos la vida en exceso: ponemos barreras a la comunicación y, también, a la relación con Dios. Puede suceder que, cuando nos demos cuenta, haya tanta barrera acumulada que lo lamentemos. Hoy, que valoramos tanto la ecología y la comunicación, tiene aún menos sentido poner barreras y echar escombro donde no se debe. Si esperamos una tierra nueva, eso será posible por nuestro cuidado y empeño, es decir, por la "vida santa y piadosa" que debemos llevar, como dice la carta de San Pedro. Esto, en cristiano, se alcanza con la conversión. El Señor es amorosamente paciente como el que más: "No quiere que nadie perezca". Pero si nuestro mundo y nuestras personas se desintegran, no hemos de echar la culpa a Dios. Él es como el buen pastor que "lleva en brazos los corderos y cuida de las madres". Nuestra labor y compromiso es lograr que la historia se humanice y que brote una tierra nueva, llena de justicia y de Evangelio. Para esto, la figura de Juan el Bautista es todo un símbolo en el camino del Adviento. No sólo vocea la conversión y practica un bautismo con agua para el perdón de los pecados, sino que anuncia apasionadamente la cercanía de quien bautiza con Espíritu Santo. Todo él es un ejemplo de austeridad y de servicio al Redentor. Su bautismo no es más que un signo del de Jesús. Resumiendo, Dios nos encuentra en el camino de la vida. Quiere llegar enteramente a nosotros. Pero este encuentro, íntimo y profundo, no es posible si no le facilitamos el acceso. Jesús siempre será para nosotros un ejemplo de caminante, movido por el Espíritu, ilusionado y conmovido por el ideal del Reino de Dios. León Felipe, un poeta nuestro, entendió así el camino como símbolo: "Nadie fue ayer, ni va hoy, ni irá mañana hacia Dios por este mismo camino que yo voy. Para cada hombre guarda un rayo nuevo de luz el sol... y un camino virgen Dios". P.Hidalgo

viernes, 8 de diciembre de 2017

María atrajo la mirada de Dios. Fue la llena de gracia. El pecado no pudo penetrar ni herir su humanidad. Dios derrochó bendiciones en ella, que supo mantener con elegante dignidad. María vivió con fe y espiritualidad ejemplares. Decir María inmaculada es decir milagro de Dios. Dios la preservó de todo pecado y le regaló una condición creyente con la que supo colaborar de manera extraordinaria. Según esto, María no es sólo un milagro de Dios, sino también un modelo de creyente fiel y agradecida, siempre disponible y en comunión con su voluntad.

Es la llena de gracia porque le deja hacer a Dios, le abre el corazón de par en par. Si nosotros admiramos y celebramos a María, debemos asumir su ejemplo. Dios también nos bendice y desea que nuestra vida sea santa e inmaculada. Hoy evocamos a María como creyente, meditando los planes de Dios en su corazón, sabiendo caminar en la oscuridad de la fe, pero confiando siempre en su experiencia religiosa. Y reconocemos con la Iglesia que su estilo inmaculado, elegante y digno es una motivación a ahondar en la conversión. Creemos que el Espíritu nos limpia de todo pecado y es capaz de hacer fecunda nuestra vida, como fecundó la historia de María. Al celebrar a María, limpia y atractiva, sentimos en el interior un gran deseo de pureza vital y de compromiso con la voluntad de Dios. El Concilio Vaticano II recomienda conocer, amar e imitar a María. No se puede amar e imitar a quien no se conoce. Y para conocerla, nada mejor que recurrir al Nuevo Testamento, sobre todo a los evangelios, y a los documentos del Magisterio de la Iglesia. Nuestro aprecio por María ha de estar fundamentado adecuadamente. En la medida en que la conozcamos desde la Biblia y desde la teología, crecerá nuestro amor verdadero hacia ella y sentiremos una mayor admiración. Todo ello impulsará en nosotros el deseo de imitarla, de ser creyentes como ella, de vivir con docilidad y bienaventuranza ante Dios y ante los demás. Así tiene sentido la devoción a María, pues el interés por ella no depende de costumbres ni de emociones populares, sino de la talla religiosa y creyente que descubrimos en su personalidad. P.Hidalgo

domingo, 3 de diciembre de 2017

MISA EN HONOR A LA VIRGEN DE GUADALUPE "PATRONA DE MÉXICO"

Adviento es expectación, vigilancia, una cita que nos recuerda cómo Dios quiere verse con nosotros a ras de suelo, de calle, de caminos... Porque lo cierto es que Dios ya ha venido y ha dejado fecundada la historia con su semilla. Ya no hay quien arranque su presencia. Nadie podrá eliminar ya el Evangelio. Por eso, Adviento es llamada al encuentro de conversión con el Dios de la plenitud...

Con el Adviento estrenamos un nuevo año litúrgico: una nueva ocasión para meditar, admirar y comprometernos con el Evangelio, aprovechando los dones y la experiencia de los años anteriores. Adviento es expectación, vigilancia, una cita que nos recuerda cómo Dios quiere verse con nosotros a ras de suelo, de calle, de caminos... Porque lo cierto es que Dios ya ha venido y ha dejado fecundada la historia con su semilla. Ya no hay quien arranque su presencia. Nadie podrá eliminar ya el Evangelio. Por eso, Adviento es llamada al encuentro de conversión con el Dios de la plenitud. Hemos de estar convencidos de que Dios está cerca, que se ha hecho uno de los nuestros y nos sorprende con iniciativas transcendentes y solidarias. No ha habido otro acontecimiento en la historia con mayor relieve: "Jamás oído oyó ni ojo vio un Dios que hiciera tanto por el que espera en Él". Así es. Dios viene a nosotros como Padre y como Redentor. En el fondo toda criatura humana lo espera, necesita el encuentro con Él. Por eso el profeta clama: “Ojalá rasgases el cielo y bajases!". También nosotros necesitamos orar con semejantes deseos; nosotros, que somos como arcilla en sus manos de alfarero. Por tanto, vivir el Adviento es acoger con agradecimiento la venida redentora de Dios. Ello supone apertura de corazón, sensibilidad, vigilancia; sobre todo, vigilancia, es decir, vivir despiertos, no amodorrados. Jesús es claro y directo: "Lo digo a todos: ¡velad!". El propone ser como el portero que ha estar atento para que los acontecimientos no le cojan desprevenido; o como los criados, que están en su puesto, cumplen su tarea y desarrollan limpiamente su responsabilidad. Esta vigilancia ha de ser constante. El cristiano no debe perder la concentración ni el talante oracional en ningún momento. Oración y vigilancia se corresponden y siempre han de caracterizar a los creyentes. La oración es el mejor ámbito para entender y disfrutar el acercamiento de Dios. Es el mejor punto de encuentro entre el ser humano y Dios. Para nosotros, que caminamos en el hoy de la Iglesia, vivir el Adviento es aceptar la revelación de Cristo y la riqueza impresionante que nos aporta; comprender que ya nos ha visitado y redimido; facilitar que el Espíritu nos ilumine, abriéndole de par en par todas las puertas y ventanas de nuestra casa interior. Y todo ello para desarrollar dignamente la aventura de vivir en espera de la segunda y definitiva venida de Cristo como Señor. P.Hidalgo

domingo, 26 de noviembre de 2017

Es un gran acierto terminar el año litúrgico celebrando a Cristo Rey. Es un título que le ha dado la Iglesia, que Jesús se merece y que los cristianos resaltamos con sano orgullo. Pero, como casi todo en Jesús es diferente y chocante, lo cierto es que no vivió como rey, sino como servidor; su opción no fue el poder, sino la humildad y el desprendimiento; su trono fue la Cruz; y su corona, una de espinas. Desde ahí atrae... Así sobresale su testimonio...

COMENTARIO.- En efecto, Jesús se desmarca de los señoríos y reinados humanos. Aunque su "reino no tendrá fin" (Lc 1,33), no pretende ser como los de este mundo; tiene otras ideas y otras categorías: "sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del Hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos" (Mc 10,42-45). Jesús es reconocido como Rey y Señor porque ha servido a la humanidad como nadie, y porque su testimonio es una provocación a gastarse en misericordia, solidaridad y servicio hasta el martirio. Qué bendición para la historia si los cristianos fuéramos verdaderos testigos de este Rey, si miráramos a los demás con sus ojos y estableciéramos las relaciones motivados por la fe. Notemos que las lecturas presentan a Jesús como pastor y juez. La parábola evangélica lo sitúa juzgando a "todas las naciones". El juicio se reduce a una sola cuestión: el amor a los demás. Para Jesús la calidad de vida de una persona queda demostrada en si ama o no. Al dictar sentencia, tanto los de la derecha como los de la izquierda se sorprenden: Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel y...? Jesús se identifica con todos los desafortunados. El que ama cumple la ley entera (cf. Mt 22,40; Rm 13,10). Por tanto, lo que salva no son los deseos ni las palabras, sino las obras de amor y de misericordia. Lo que Dios espera preferentemente de nosotros es una solidaridad entrañable como la que destiló Jesús. P.Hidalgo

viernes, 24 de noviembre de 2017

Encuentro en el Aulario nuevo de la Universidad Pontificia de Salamanca - Migrantes, refugiados y victima de trata. Fabbio Baggio en un encuentro con 100 representantes institucionales,de asociaciones -civiles y religiosas- , delegaciones, obispos etc relacionados con los emigrantes ) presentando los 20 puntos para los pactos globales sobre emigrantes y refugiados y Recordando que el papa Francisco está preocupado por xenofobia y racismo en los católicos contra migrantes en Europa

La importancia del encuentro del 24 de Noviembre en el Aulario nuevo de la Universidad Pontificia de Salamanca contiguo a la residencia de las Operarias de la Conferencia Episcopal ( C/ Aleixandre 5) de 16 a 18 de la tarde . El P. Fabbio Baggio ( encargado directamente por el Santo Padre de la Sección Migrantes y Refugiados) nos detalló la configuración del Nuevo Dicasterio al Servicio del Desarrollo humano integral y su estructura . Asimismo informó del Proyecto de los Pactos Globales 2018 que se tendrán en la ONU sobre Migraciones y Victimas de la trata ( Septiembre 2018) donde el Santo Padre a través de la sección Migrantes y refugiados , y de Caritas Internacional quiere que la Iglesia participe activamente. Viernes 24 de Noviembre 2017 - Fabbio Baggio en un encuentro con 100 representantes institucionales,de asociaciones -civiles y religiosas- , delegaciones, obispos etc relacionados con los emigrantes ) presentando los 20 puntos para los pactos globales sobre emigrantes y refugiados y Recordando que el papa Francisco está preocupado por xenofobia y racismo en los católicos contra migrantes en Europa

sábado, 18 de noviembre de 2017

Verdaderamente, la vida es el mayor de los dones y el mayor de los riesgos. Es el talento inicial con capacidad para generar otros muchos talentos. Desarrollarla, hacerla fecunda es la gran misión y la primera responsabilidad de un cristiano. La propia vida nos pide laboriosidad mientras aguardamos el Día del Señor, como indica la segunda lectura. Por experiencia y por fe sabemos que la vida gana con la entrega, crece poniendo en juego sus oportunidades, se ensancha gozosamente cuando la invertimos en función de los demás. El que la guarda y la cobija tanto que no la hace rendir, la marchita de tal manera que termina arruinándola..

El canto de la sabiduría bíblica a la mujer contrasta con otros cantos de la vida moderna y postmoderna. Los valores que se resaltan en ella son los que en verdad embellecen a las personas. Tanto esta primera lectura como el Evangelio resaltan singularmente la laboriosidad, la habilidad, la responsabilidad con los dones recibidos; en definitiva el poner la vida al servicio de Dios y del prójimo. La parábola del Evangelio apunta a dos actitudes: la de quienes hacen rendir sus cualidades y carismas al servicio del bien común, y la de quienes entierran y hacen estéril lo que el Señor les dio. Siempre me ha gustado el testamento que el fundador del Movimiento Scout, Baden-Pawell, dejó a sus seguidores: "Creo que Dios nos ha puesto en este mundo encantador para que seamos felices y gocemos de la vida. Pero la felicidad no proviene de la riqueza, ni del tener éxito, ni dándose gusto a sí mismo... La manera de conseguir la felicidad es haciendo felices a los demás... Tratad de dejar el mundo en mejores condiciones que tenía cuando entrasteis en él. De esta manera cuando os llegue el momento de morir, podréis hacerlo felices, porque por lo menos no perdisteis el tiempo e hicisteis todo el bien que os fue posible". Verdaderamente, la vida es el mayor de los dones y el mayor de los riesgos. Es el talento inicial con capacidad para generar otros muchos talentos. Desarrollarla, hacerla fecunda es la gran misión y la primera responsabilidad de un cristiano. La propia vida nos pide laboriosidad mientras aguardamos el Día del Señor, como indica la segunda lectura. Por experiencia y por fe sabemos que la vida gana con la entrega, crece poniendo en juego sus oportunidades, se ensancha gozosamente cuando la invertimos en función de los demás. El que la guarda y la cobija tanto que no la hace rendir, la marchita de tal manera que termina arruinándola. No hay razones de peso que justifiquen el descuido o la holgazanería. No hay motivos para que la vida personal acabe en el chasco de la infecundidad. No, no hay excusa para el pecado de omisión, un pecado más frecuente de lo que creemos. Tal vez no le demos importancia. Sin embargo, sus nefastas consecuencias y su gravedad saltan a la vista en el deterioro de muchas personas y en el enrarecimiento de la vida social. El Evangelio descalifica contundentemente la actitud encogida, cobarde y mezquina de quien no quiso poner en funcionamiento el talento recibido: no fue fiel y cumplidor, no administró solícitamente lo que recibió como un regalo. ¿Quién de nosotros no se ve más o menos reflejado en esta foto? El plan y la gloria de Dios estriba en que pasemos por la vida dando fruto abundante y de manera permanente (Jn 15,8.16). La clave del acierto está en ser "fiel y cumplidor", como repite la parábola. Por tanto, en la Iglesia no debe haber nadie inválido, es decir, nadie debe decir: no sé, no valgo, no puedo... Es una insensatez indecente enterrar las cualidades y talentos. Todos sabemos, valemos y podemos hacer algo. Tampoco procede contentarse con lo mínimo, rebajar el compromiso, vivir comodonamente. Es una manera de enterrar los dones, que nos han regalado con otra finalidad: el bien común y el Reino de Dios. Ojalá nunca sintamos en el fondo de nuestra conciencia el reproche de la parábola, sino la felicitación por haber hecho rendir los talentos: "como has sido fiel en lo poco..., pasa al banquete de tu señor". P.Hidalgo

domingo, 12 de noviembre de 2017

Todos corremos el riesgo de abandonarnos cuando se debilita la esperanza. Lo más fácil es adormilarse y despreocuparse de todo. Pero, ¿no es ésa la tónica de los mediocres? Todas las generaciones hemos recibido los buenos consejos de la constancia, la paciencia, la atención, la responsabilidad..., para no perder el tren de la vida. Si perdemos ocasiones, en gran parte se debe a nuestro descuido e irresponsabilidad..

COMENTARIO Los libros sapienciales del Antiguo Testamento cantan a esa sabiduría integral, que ayuda ampliamente a las personas a conducirse por la vida. Quien la busca con verdadero deseo y buena intención, la encontrará, "pues a su puerta la hallará sentada". Ella misma nos busca, si nos encuentra dignos, y se nos muestra benévola, afirma la primera lectura. En efecto, si nos abrimos a esta sabiduría bíblica, dispondremos de muchos recursos para vivir con calidad. Más aún, sabremos enfocar y esperar la muerte como lo que verdaderamente es, según la fe: un encuentro amoroso con Dios, por quien aspira todo nuestro ser: "mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti". ¿No hemos soñado la muerte como un encuentro de comunión con el Dios que nos espera con los brazos abiertos? Sin duda este encuentro amoroso se dará si vivimos con las lámparas encendidas. He ahí una indicación de la sabiduría que revela la parábola evangélica. Nos habla de personas atentas y de personas descuidadas. Sólo las atentas están al tanto de los acontecimientos, mantienen un nivel de calidad, dan intensidad a los momentos concretos de la vida. A las personas descuidadas y desatentas les vencen los problemas. Y después vienen las quejas: "Señor, señor, ábrenos"... Todos corremos el riesgo de abandonarnos cuando se debilita la esperanza. Lo más fácil es adormilarse y despreocuparse de todo. Pero, ¿no es ésa la tónica de los mediocres? Todas las generaciones hemos recibido los buenos consejos de la constancia, la paciencia, la atención, la responsabilidad..., para no perder el tren de la vida. Si perdemos ocasiones, en gran parte se debe a nuestro descuido e irresponsabilidad. Sorprende en la parábola que unas doncellas no hayan querido compartir el aceite con las otras. Hay que decir que el matiz del compartir no es el que quiere destacar esta parábola. Lo que pretende Jesús es que reparemos en valores de tipo personal que dependen exclusivamente de nosotros: o uno es atento o es descuidado; o trabaja la calidad de su vida o se abandona. En esta responsabilidad nadie nos puede sustituir. Por tanto, no es propio de un cristiano andar por la vida despistado o adormilado. Un cristiano siempre debe ser un hijo de la luz. De ahí que acabe la parábola insistiendo en la vigilancia y en la vida atenta. P.Hidalgo

domingo, 29 de octubre de 2017

En algunas comunidades se resalta más el amor al prójimo que el amor a Dios. Para Jesús lo primero y principal es amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con todo el ser. Sin duda que éste garantiza el amor al prójimo, mientras que no siempre está claro al revés. Sucede con relativa frecuencia que sin amor a Dios nos quedamos sin ninguno...

Más de una vez hemos oído lemas o consignas que suenan así; lo afectivo es lo efectivo, el mal se vence con el bien. Es claro que no hay mejor energía para la psicología humana y para la convivencia que la potencia del amor. Con amor y amistad se encaran valientemente todas las dificultades. El pueblo israelita había sufrido una fuerte opresión durante su larga estancia en Egipto. La experiencia le aconseja no repetir los mismos errores. El futuro de su historia deberá ser diferente. Del amor de Dios que lo ha liberado brotan unas normas que encierran un ideal: el amor a Dios y el amor al prójimo. "Esto dice el Señor: no oprimirás ni vejarás al forastero, no explotarás a viudas y huérfanos, no serás usurero...". La ley judía en tiempos de Jesús contenía 613 mandamientos; para los judíos, todos eran importantes, aunque lógicamente unos tenían más densidad que otros. En una ocasión, unos fariseos le preguntan a Jesús con torcidas intenciones por el mandamiento principal. Él recoge la mejor tradición y hace un resumen estupendo. No se concibe el amor a Dios sin el amor al prójimo. Por eso el mandamiento principal y, en definitiva, el único, es doble, porque el amor a Dios es inseparable del amor al prójimo. Según nos enseñaron a muchos, la bondad se demuestra cumpliendo los mandamientos. Actualmente pensamos que las bienaventuranzas los complementan y van, incluso, más lejos. En todo caso, para nosotros lo principal y decisivo es cumplir el resumen de todos los mandamientos: amar a Dios con todo el ser y al prójimo con semejante energía. Este valor es altamente testimonial en una comunidad cristiana. Es lo que le da consistencia. Lo que no es amor la interrumpe y la degrada. En algunas comunidades se resalta más el amor al prójimo que el amor a Dios. Para Jesús lo primero y principal es amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con todo el ser. Sin duda que éste garantiza el amor al prójimo, mientras que no siempre está claro al revés. Sucede con relativa frecuencia que sin amor a Dios nos quedamos sin ninguno. P.Hidalgo

domingo, 22 de octubre de 2017

Participación de Dña.Cecilia Gamarra hoy Domingo 22 de Octubre en el Tercer Dia de la Novena en honor al Señor de los Milagros H.S.M.V. , y su hijo Fabricio que leyó evocando a la Virgen de la Nube.

Dios es infinitamente más que el César. Es lo que apunta la primera lectura: "Yo soy el Señor y no hay otro". Por eso, al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios...

COMENTARIO: Con qué sencillez y precisión describe la segunda lectura la misión evangelizadora: "cuando se proclamó el Evangelio entre vosotros no hubo sólo palabras, sino además fuerza del Espíritu Santo y convicción profunda". Para evangelizar con impacto nada mejor que rebosar espiritualidad. El misionero, aquí y allá, es un testigo que habla de la abundancia que lleva en el corazón. El pasaje evangélico tiene como trasfondo la realidad nacionalista que se vivía en tiempos de Jesús. Algunos fariseos consideran que ésta es una cuestión oportuna para ponerlo en un aprieto: que se defina políticamente, a favor del régimen establecido o a favor de la resistencia contra el invasor. Digamos, de paso, que en todo tiempo y lugar ha habido gente tramposa. Jesús lo experimentó repetidamente. Muchas veces quisieron enredarlo para comprometerlo. La cuestión del tributo al César es una más. Pero Él siempre vivió con atención, con vigilancia y con inteligencia. Por eso nunca lo pillaron en un despiste o fuera de juego. Más aún, sabía muy bien cuándo venía alguien con buena o con mala intención. Aquellos, que venían a cazarlo, suavizan cínicamente Ia cuestión alabando su honestidad: "sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad, sin que te importe nadie, porque no te fijas en la apariencias. Dinos, pues, qué opinas". Jesús, que es listo, les descubre las intenciones: "¡hipócritas!, ¿por qué me tentáis?", y les contesta por donde no esperan. Él tenía unos objetivos superiores a los meramente políticos. Sus prioridades apuntan más alto. Con soltura y autoridad traslada la cuestión política al ámbito religioso: Dios es infinitamente más que el César. Es lo que apunta la primera lectura: "Yo soy el Señor y no hay otro". Por eso, al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Como resumen, aprendamos de Jesús a ser ciudadanos con criterio, despiertos y críticos, y a vivir con un interior tan abundante que tengamos recursos suficientes para cuando alguien nos pretenda acosar. P.Hidalgo

viernes, 20 de octubre de 2017

El primer dia de la Novena en honor al Señor de los Milagros de la H.S.M.V. a cargo de Dña. Patricia Ynés De La Cruz Loayza

PRIMER DIA NOVENA EN HONOR AL SEÑOR DE LOS MILAGROS "PATRÓN DEL PERÚ" EN VIGO GALICIA ESPAÑA

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Acto de Contrición Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío. Por ser Tú quien eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. También me pesa porque puedes castigarme con las penas del infierno. Te ofrezco mis sufrimientos como expiación de mis pecados, propongo confesarme y cumplir la penitencia que me sea impuesta. Ayudado de tu gracia propongo firmamente no pecar más y evitar las ocasiones próximas de pecado. Amén. Oración preparatoria Adorabilísimo Jesús Crucificado, hijo de Dios vivo, que habéis venido del cielo a la tierra,y os habéis sacrificado, muriendo en una Cruz para salvarnos, yo os reconozco por mi verdadero Dios mi Padre, mi Salvador y mi Redentor, mi única esperanza en la vida y en la muerte, y mi única salvación posible en el tiempo y en la eternidad. Me tengo por indigno, Señor y Dios mío, de presentarme ante vuestra Majestad por mi gran miseria y muchas culpas, pero ya me arrepiento de ellas y confiado en vuestra grande misericordia, acudo a Vos. Dios Todopoderoso y verdadero Señor de los Milagros, suplicando humildemente os dignéis hacer uso de vuestra omnipotencia, obrando milagros de misericordia en mi favor y en el de todos nosotros. Aplacad Señor Misericordiosísimo vuestra justa indignación provocada uestros pecados, calmad las iras de la tierra, del mar, y de los elementos para que no seamos castigados con terremotos, tempestades, pestes, guerras, ni otras calamidades que de continuo nos amenazan, libradnos, Salvador nuestro amorosísimo, de todo mal y peligro en la vida y en la muerte, y obrad el mayor de vuestros milagros en favor nuestro, haciendo que os amemos y sirvamos de tal suerte en este mundo, que merezcamos veros y gozaros en el cielo, donde con el Padre y el Espíritu Santo vivís y reináis Dios, Uno y Trino, en infinita gloria, por los siglos de los siglos. Amén. Primer Día Considera Alma mía, cómo la devoción al Señor de los Milagros, ha sido siempre entre nosotros, y sigue siendo todavía, un medio de que se vale este Divino Señor para conceder especiales favores y gracias a los individuos, a las familias, y aún a todo el pueblo. De las almas que acuden con fe y devoción a este Señor de los Milagros, podemos decir espiritualmente y en verdad, que los ciegos ven, los sordos oyen, los enfermos sanan, los muertos resucitan, y quienes se iban a perder, se salvan. ¿Y quién podrá decir los secretos milagros que hace este mismo Señor en favor de las familias que tienen la suerte de contar en su seno con alguna persona devota que a El acude con fe y confianza? La ciudad misma, tan expuesta a temblores de tierra, tal vez se hubiera arruinado mil veces y hubiéramos sido sepultados todos entre ruinas y escombros, si no fuera por la gran devoción a este Señor de los Milagros. ¿Y no es un verdadero milagro el que después de haber pecado no hayamos perecido para siempre y sin remedio? Sí, Dios mío, grande milagro de vuestra misericordia es el mantenernos vivos, capaces de salvación y penitencia cuando hoy más que nunca, merecemos vuestra justa indignación. Haced Redentor amabilísimo, que me aproveche de esta vuestra misericorida y me salve para siempre. Amén. Oración a la Santísima Virgen María Oh Virgen Santísima, Madre de Dios y Madre nuestra! Por la gran bondad de vuestro maternal corazón oíd beningna los ruegos de todos nosotros que acudimos a vos, no nos abandonéis, dulcísima Virgen María ni consintáis en nuestra ruina y perdición. Mirad con ojos de misericordia y compasión a nuestra ciudad de Lima y a todos sus moradores. ¿Qué sería de nosotros y qué valdría nuestras súplicas ante el Señor a quien tanto hemos ofendido, si no fuera por vuestra intercesión? Compadécete pues, misericordiosísima Madre nuestra, de estos desgraciados pecadores que, aunque tan ingratos, son hijos vuestros. Conseguidnos, una vez más el que hallemos gracia y misericordia delante del Señor: alcanzadnos los favores que pedimos en esta Novena y cuanto Vos sabéis que necesitamos, principalmente: el perdón de nuestros pecadores, el remedio de nuestras necesidades, la perseverancia en el bien, una santa muerte, y la gloria eterna del Cielo. Amen. Medítese y pídase lo que se desea obtener del Señor por medio de esta Novena. Luego se reza 5 Padrenuestros, 5 Ave Marías, y 5 Glorias en referencia a las cinco Llagas del Señor, y por tres veces la siguiente súplica: Aplaca Señor tu ira, Tu justicia y tu rigor, Por tu Santísima Madre, ¡Misericordia Señor! Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

domingo, 15 de octubre de 2017

Aunque Dios ha montado la fiesta para todos, sólo acuden los verdaderamente pobres, los sencillos y necesitados, los que se abren a su novedad. Los agarrados a sus asuntos y a sus aventuras particulares están demasiado ocupados. Es la historia repetida: el Señor nos oferta unos valores superiores y muchos preferimos unos valores inferiores, cuando no unos contravalores o vicios de apariencia atractiva...

Invitar a otro a comer es un signo de cordialidad, de celebración agradable y festiva. En torno a un convite fluyen la comunicación, la amistad, el interés por el otro, aflora la intimidad, se acrecienta la confianza, etc. En un banquete los invitados son los importantes. Pues bien, ahí está la parábola del Reino de Dios. La imagen que presenta Isaías es formidable: Dios, abierto y generoso con todos los pueblos, quiere hacer una fiesta, porque desea que la corriente de su felicidad llegue a todos; no quiere ver a nadie triste. Así pues, organiza el banquete de la gran fraternidad con manjares suculentos y vinos de solera. ¡Vaya sorpresa! Dios nos invita, nos quiere en el círculo de sus amigos, y, además, hace de cocinero, de camarero... Ya lo decía Jesús: "Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve" (Lc 22,27). ¿Os imagináis tal banquete de fraternidad en común unión?. Aunque Dios ha montado la fiesta para todos, sólo acuden los verdaderamente pobres, los sencillos y necesitados, los que se abren a su novedad. Los agarrados a sus asuntos y a sus aventuras particulares están demasiado ocupados. Es la historia repetida: el Señor nos oferta unos valores superiores y muchos preferimos unos valores inferiores, cuando no unos contravalores o vicios de apariencia atractiva. ¿Cuántos aciertan a disfrutar la espiritualidad, la religión y el Evangelio?. Estamos viendo que no se trata de una invitación a vivir teñido de sombras; al contrario, se trata de una invitación a una fiesta deslumbrante. Entonces, ¿por qué hay quien se niega y da la espalda?. En la actualidad también recibimos semejante invitación. Sabemos que la asistencia es libre y gratuita. Sólo hay una condición: ir con el traje de fiesta. Pero no hay que comprarlo. Se trata de ir con el corazón renovado, con el alma limpia, con los ojos brillantes. No se puede uno sentar en la mesa de la fraternidad de cualquier forma, sino transformados, convertidos, como corresponde a los hijos de la familia de Dios. ¿Son nuestros encuentros símbolos de este gran banquete del Reino de Dios?. P.Hidalgo

domingo, 8 de octubre de 2017

A lo largo de la historia hemos sido enriquecidos con nuevos profetas, santos y testigos de alta calidad. Pero basta echar un vistazo a la historia y al presente para observar que no hemos avanzado mucho en el cuidado y en la administración de la viña. Sigue habiendo luchas por el poder, eliminación de los mensajeros, abuso de algunos que quieren dominar como si fuesen los dueños de la finca... ¿Por qué no damos el fruto que cabía esperar? ¿No decimos que debemos ser fermento del Reino de Dios en medio de la sociedad? ¿Estamos verdaderamente al servicio del auténtico progreso comunitario y de la salvación evangélica?..

COMENTARIO:Las parábolas no son exclusivas del Evangelio. También las hay en el Antiguo Testamento. Una de ellas es la de la viña. Qué bien queda retratada con esta parábola la relación amorosa, delicada y atenta de Dios con su pueblo: "¿Qué más cabía hacer por mi viña que no lo haya hecho? ¿Por qué esperando que diera uvas dio frutos silvestres?". Este pueblo rechazó a los profetas y, años más tarde, asesinó vilmente a Jesús. Después de Jesús, podemos considerar que esta viña es la Iglesia y, por extensión, todo el pueblo. A lo largo de la historia hemos sido enriquecidos igualmente con nuevos profetas, santos y testigos de alta calidad. Pero basta echar un vistazo a la historia y al presente para observar que no hemos avanzado mucho en el cuidado y en la administración de la viña. Sigue habiendo luchas por el poder, eliminación de los mensajeros, abuso de algunos que quieren dominar como si fuesen los dueños de la finca... ¿Por qué no damos el fruto que cabía esperar? ¿No decimos que debemos ser fermento del Reino de Dios en medio de la sociedad? ¿Estamos verdaderamente al servicio del auténtico progreso comunitario y de la salvación evangélica? Hemos sido llamados a colaborar en las labores de la viña y no se espera de nosotros otra cosa que una sensata colaboración para mejorarla. Se nos ha encargado su cuidado y su administración. Nadie es dueño de la viña más que Dios. Para hacer bien las faenas nos ha dejado el Evangelio y el Espíritu, y todas nuestras capacidades, que no son pocas; pero no lo haremos bien si vamos a nuestro aire y no al aire del Espíritu y del Evangelio. En resumen, nos queda una advertencia: ser dignos colaboradores y administradores responsables en la viña del Señor. El ser humano en general y el creyente en particular no se pueden arrogar otra función que la de ser corresponsables en el arrendamiento de la viña. Para ello pongamos en juego lo que apunta la segunda lectura: "todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable; todo los que es virtud... tenedlo en cuenta". P.Hidalgo,

sábado, 7 de octubre de 2017

ACTIVIDAD SOLIDARIA PRO SALUD

GRAN ACTIVIDAD SOLIDARIA ORGANIZADA POR MIGUEL ITURRIA BARTURÉN Y FAMILA "PRO SALUD" PARA SU HERMANO MARCIAL ITURRIA BARTURÉN EN ESTOS MOMENTOS NECESITA DE APOYO Y COLABORACIÓN PARA SU PRONTA MEJORÍA - LA FAMILIA AGRADECIÓ A TODOS LOS PRESENTES DANDO LAS GRACIAS POR ASISTIR Y APOYALOS. SE CONTÓ CON DIVERSOS PLATOS TIPICOS DE NUESTRO QUERIDO PERU Y LA TRADICIONAL POLLO AL ESTILO PERÚ. PASAMOS UN GRATO MOMENTO FAMILIAR

domingo, 1 de octubre de 2017

¿Quién no ha quebrantado alguna vez promesas y compromisos? ¿Quién no ha fallado a la palabra dada? Los dos hijos de la parábola evangélica protagonizan una conducta que no se debe tener, aunque uno es más criticable que el otro. El segundo es un hipócrita, mientras que el primero protesta, es de reacciones primarias, pero después reflexiona y va a trabajar. En realidad, éste cumple la voluntad del padre; no así el primero. El ideal, sin embargo, es proceder con elegancia tanto en el fondo como en las formas...

COMENTARIO: Es denso y sugerente el contenido de la segunda lectura. Además de recoger un himno con el que los filipenses invocaban y glorificaban a Jesús, se aporta una rica motivación a valores comunitarios: no obréis por envidia ni por ostentación; dejaos guiar por la humildad; considerad siempre superiores a los demás; no os encerréis en vuestros intereses, sino buscad el interés de los demás; tened entre vosotros los sentimientos de Cristo Jesús. En realidad, es un estupendo programa para la comunidad cristiana, válido igualmente para la comunidad ciudadana. Las otras dos lecturas encierran también una motivación a proceder con elegancia y con responsabilidad. ¿Quién no ha quebrantado alguna vez promesas y compromisos? ¿Quién no ha fallado a la palabra dada? Los dos hijos de la parábola evangélica protagonizan una conducta que no se debe tener, aunque uno es más criticable que el otro. El segundo es un hipócrita, mientras que el primero protesta, es de reacciones primarias, pero después reflexiona y va a trabajar. En realidad, éste cumple la voluntad del padre; no así el primero. El ideal, sin embargo, es proceder con elegancia tanto en el fondo como en las formas. Debemos obedecer a Dios de manera sincera y elegante. Y obedecer a Dios es, sobre todo, amar, servir y hacer felices a los que están a nuestro lado. No nos sorprendamos que Jesús diga: hay gente de mala fama -publicanos y prostitutas- que esto lo hacen mejor que gente religiosa. La vida de cada uno es la demostración de si construye Reino de Dios y cumple su voluntad o, por el contrario, es un hipócrita porque asiste a actos religiosos, dice que reza, pero después no se nota que arrime el hombro en el trabajo de la viña: el Reino de Dios. Las personas que parece que dicen sí, pero es un no, tal vez lo hacen por superficialidad, por falta de discernimiento o por fallos en la educación cristiana, pero ello no elimina su parte de responsabilidad personal. ¿En cuál de los dos hijos nos vemos fotografiados? P.Hidalgo.

sábado, 23 de septiembre de 2017

La justicia de Dios tiene otras tablas de medir, otros modos de evaluar; se rige por otra jerarquía de valores: no se paga según la eficacia, según el rendimiento, según los méritos acumulados, ni hay relación entre categorías y sueldos. Para Dios entran en juego otras consideraciones y otras necesidades. Su benignidad está por encima de toda justicia humana. En su proceder no entra la más mínima sombra de privilegio por nadie. Su misericordia es amplia para todos...

Dios es diferente. Tiene unos planes y traza unos caminos que muchas veces no coinciden con los nuestros. Pero Dios no quisiera ser diferente, no tiene esta manía. En el intento de ser como uno más se ha rebajado y en Jesús ha aparecido como uno de tantos. Lo que no se puede permitir, para igualarse a nosotros, es abandonar sus criterios y proceder con nuestros bajos y ruines pensamientos, acomodarse a este mundo y dejarse llevar como un vicente que va adónde va la gente. Desea que todos entendamos su espiritualidad; pero por nuestra ceguera y por nuestra dureza de corazón no coinciden los caminos. Porque mantiene su honradez y sus criterios resulta distinto, queriendo ser igual. En efecto, los planes y caminos de Dios son altos, es decir, son más dignos y humanizadores. Por eso, una vez más, una parábola evangélica nos puede resultar desconcertante: su mensaje desbarata nuestras ideas, rompe nuestros moldes, deja enana la justicia social y a todos nos deja la cara hecha un cuadro. ¿Es raro nuestro Dios? Lo llamativo es que en la parábola no hay ninguna injusticia. Entonces, amigo, ¿por qué tienes envidia de que yo sea bueno?, pregunta Dios. Reparemos que Jesús cuenta a los discípulos esta parábola para adoctrinarlos acerca de lo que caracteriza al Reino de Dios. Este Reino, que es también para este mundo, siempre será una alternativa. La justicia de Dios tiene otras tablas de medir, otros modos de evaluar; se rige por otra jerarquía de valores: no se paga según la eficacia, según el rendimiento, según los méritos acumulados, ni hay relación entre categorías y sueldos. Para Dios entran en juego otras consideraciones y otras necesidades. Su benignidad está por encima de toda justicia humana. En su proceder no entra la más mínima sombra de privilegio por nadie. Su misericordia es amplia para todos. Digamos, por último, que Dios oferta su Reino en todas las etapas de la vida. Hay quienes se enteran a primera hora, quienes necesitan más invitaciones, quienes cogen la onda en la adultez, y algunos parece que no se enteran hasta la tercera edad. ¡Qué lástima! Porque han podido disfrutar y trabajar menos por el Reino de Dios. Para entender bien todo esto, seguramente necesitamos cambio de mentalidad, conversión. Sólo así, como dice San Pablo, podremos "llevar una vida digna del Evangelio''. P.Hidalgo

domingo, 17 de septiembre de 2017

Eucaristía en Honor a la Virgen de Coromoto Patrona de Venezuela organizada por la Asociación Amigos de Venezuela en Vigo en la Iglesia de los Picos

El día Domingo 17 septiembre se celebra en Vigo la Santa Misa en Honor a nuestra patrona La Virgen de Coromoto en la Parroquia de Inmaculada Concepción ( Iglesia de los Picos) En Rúa de Toledo Nº 5 36205 Vigo a las 12.00 del medio día. Todos están invitados a participar. DANDO LA BIENVENIDA EL PARROCO Y EL PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN VENEZOLANA EN VIGO. Dña Luisi Motta León nuestra Sub Delegada Diocesana de las Migraciones Tuy Vigo. Su presidente Manuel Perez dio las gracias a todos los que participaron y asistieron a este evento religioso hoy en Vigo. BRINDANDO POR LA VIRGENCITA DE COROMOTO

PEREGRINACIÓN NACIONAL DE DELEGACIONES DE MIGRACIONES A LA BASILICA DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR EN ZARAGOZA