martes, 28 de agosto de 2018

EUCARISTIA Y HOMENAJE EN HONOR A LA VIRGEN BOLIVIANA DE URKUPIÑA EN LA PARROQUIA DE SAN JOSÉ OBRERO Y SANTA RITA EN VIGO EL PASADO MIERCOLES 15 DE AGOSTO DEL 2018 - LA MISA FUÉ OFICIADA POR EL SACERDOTE Y PARROCO D.SANTIAGO PÉREZ BOUZADA. DESPUÉS DE LA EUCARISTIA PARTE DEL COLECTIVO BOLIVIANO DE VIGO BAILARÓN PARA LA VIRGEN DANZAS TIPICAS DE BOLIVIA Y POSTERIOR EL SACERDOTE DIO LA BENDICIÓN A DOS COCHES NUEVOS DE DOS FAMILIAS DE TRABAJADORES BOLIVIANOS RESIDENTES EN VIGO. FINALIZANDO CON UNA PEQUEÑA PROCESIÓN HACIA EL MONTE DEL CASTRO DONDE SE FESTEJO CON UN ALMUERZO DE CONFRATERNIDAD.

EUCARISTIA Y HOMENAJE EN HONOR A LA VIRGEN BOLIVIANA DE URKUPIÑA EN LA PARROQUIA DE SAN JOSÉ OBRERO Y SANTA RITA EN VIGO EL PASADO MIERCOLES 15 DE AGOSTO DEL 2018 - LA MISA FUÉ OFICIADA POR EL SACERDOTE Y PARROCO D.SANTIAGO PÉREZ BOUZADA. DESPUÉS DE LA EUCARISTIA PARTE DEL COLECTIVO BOLIVIANO DE VIGO BAILARÓN PARA LA VIRGEN DANZAS TIPICAS DE BOLIVIA Y POSTERIOR EL SACERDOTE DIO LA BENDICIÓN A DOS COCHES NUEVOS DE DOS FAMILIAS DE TRABAJADORES BOLIVIANOS RESIDENTES EN VIGO. FINALIZANDO CON UNA PEQUEÑA PROCESIÓN HACIA EL MONTE DEL CASTRO DONDE SE FESTEJO CON UN ALMUERZO DE CONFRATERNIDAD.

domingo, 26 de agosto de 2018

Dice el Evangelio que, al acabar Jesús el discurso sobre el pan de vida, muchos discípulos se quedaron escandalizados, le criticaron, se echaron atrás y no volvieron a ir con Él. ¿Es tan difícil entender y seguir a Jesús? Parece que por un momento llegó a pensar que se quedaba solo, porque dijo a los más íntimos: ¿También vosotros queréis marcharos? Pedro, que había captado, confesó: "Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos que Tú eres el Santo de Dios". Gran confesión de fe la que pronuncia Pedro; evidencia una profunda experiencia religiosa...

El pasaje de la carta a los Efesios nos da pie para esta reflexión: Cuando una pareja se casa en el Señor, se impregna de toda la simbología del amor de Dios a la humanidad. Vivir el matrimonio como sacramento es acoger el amor divino en la experiencia humana e irradiarlo. El matrimonio cristiano evoca una estampa preciosa de la Biblia: el amor de Dios a su pueblo y el amor de Cristo a la Iglesia. Esto ilumina y estimula poderosamente el dinamismo del amor conyugal. Los esposos deben amarse como Cristo ama a la Iglesia: hasta el sacrificio último que es la máxima expresión del amor. Esta vivencia profunda y arraigada es la que da sentido y llena de lógica otros compromisos implícitos del matrimonio, como la fidelidad, la indisolubilidad, la convivencia creativa, la confianza mutua, la amistad generosa... Para los cristianos el matrimonio es un sacramento que confirma, celebra y proyecta el amor humano entre hombre y mujer atraídos por Jesús en el seno de la comunidad. Lo que caracteriza y enriquece esta opción es amar como Él nos amó. En este sentido, el sacramento del matrimonio abarca toda la vida. Por eso incluye compromiso. El libro de Josué y el Evangelio presentan una escena parecida: ¿Seguimos al Señor con toda decisión o nos echamos atrás? El Dios de la Biblia es misericordioso, pero no es contemporizador: no le van las medianías. Jesús afirma tajantemente: "El espíritu da vida; la carne no sirve para nada". Dice el Evangelio que, al acabar Jesús el discurso sobre el pan de vida, muchos discípulos se quedaron escandalizados, le criticaron, se echaron atrás y no volvieron a ir con Él. ¿Es tan difícil entender y seguir a Jesús? Parece que por un momento llegó a pensar que se quedaba solo, porque dijo a los más íntimos: ¿También vosotros queréis marcharos? Pedro, que había captado, confesó: "Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos que Tú eres el Santo de Dios". Gran confesión de fe la que pronuncia Pedro; evidencia una profunda experiencia religiosa. Pero conviene que insistamos en la pregunta: ¿Por qué muchos discípulos se echaron atrás? ¿Es tan insoportable la vida de fe o el seguimiento de Jesús? Y nosotros, ¿creemos en Jesús con alma, vida y corazón? Hoy tenemos una ocasión especial para pensarlo y confirmarlo. Si tenemos verdadero interés por la vida de calidad, si el Evangelio nos ha tocado las fibras, si el Dios cristiano nos ha penetrado, podemos decir con Pedro: "Señor, sólo Tú tienes palabras de vida eterna". P.Hidalgo.

domingo, 19 de agosto de 2018

MISA EN HONOR A LA VIRGEN DE URKUPIÑA EN LA IGLESIA MARIA AUXILIADORA DE VIGO ESPAÑA

A lo largo de la historia hay una experiencia religiosa que se repite: Dios quiere alimentarnos y, por eso, nos invita. Jesús también nos invita a comer su carne y beber su sangre, con un objetivo solidario: lograr vida, sabiduría, comunión con Él y con el Padre...

COMENTARIO: El lenguaje simbólico está muy presente en nuestras conversaciones; también en la Biblia. El libro de los Proverbios habla de la sabiduría como si fuera una persona. En realidad se está refiriendo a Dios, infinitamente sabio y generoso, que invita a todos a un banquete. Todos pueden acudir; nadie queda excluido. Los manjares son muy simples: pan y vino; pero se trata de unos alimentos que proporcionan experiencias satisfactorias, buen criterio y un talante sensato. Todos sabemos que en una invitación, tan importante como lo que se come, es el ambiente de comunión y de regocijo que se crea. Si relacionamos este pasaje con el Evangelio, vemos que a lo largo de la historia hay una experiencia religiosa que se repite: Dios quiere alimentarnos y, por eso, nos invita. Jesús también nos invita a comer su carne y beber su sangre, con un objetivo solidario: lograr vida, sabiduría, comunión con Él y con el Padre. Es el debate que continúa hoy en el pasaje evangélico. Se repiten algunos mensajes y aparecen otros. Los resumimos para una mejor consideración: — Jesús se ofrece como alimento para todos. Es pan y bebida de Dios para existir con verdadero y profundo sentido. Nadie puede satisfacer nuestras necesidades y carencias mejor que Él. — Con este símbolo nos quiere decir: mi razón de ser es amar, servir, entregarme, hacer el bien..., y esto es dar vida. — Por eso es pan y bebida de comunión, de fraternidad, de redención amorosa y solidaria. — Su entrega en oblación es ejemplar; por eso despierta admiración. — El que asimila a Jesús experimenta con mayor sensación que es un ser para la vida, que la muerte no es el final del camino: "El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día". — El que acepta a Jesús como alimento y bebida, refuerza la comunión con Él, siente que vive habitado. — El que desarrolla su vida como Jesús, adquiere una gran experiencia humana y divina. — Para asimilar este alimento tan original y saludable, más que abrir la boca, hay que abrir el espíritu y el corazón. En resumen, es muy importante, y hasta decisivo, entender esta revelación de Jesús, acogerla e incorporarla a la propia persona, como hacemos con el alimento que tomamos. P.Hidalgo.
El cacao ya era cultivado por los mayas hace más de 2500 años. De hecho para encontrar el significado de la palabra cacao hemos de recurrir a la lengua maya: - cac que en lengua maya quiere decir rojo (en referencia al color de la cáscara del fruto) - cau que expresa las ideas de fuerza y fuego. Los aztecas aprendieron de los mayas el cultivo y el uso del cacao. Llamaban “cacahuat” al cacao y “xocolatl” la bebida aromática que se obtenía de sus frutos. Por aquel entonces el “xocolatl” era apreciado como reconstituyente que daba fuerza y despertaba el apetito sexual. Las semillas de cacao también se utilizaban como monedas de cambio, costumbre que perduró mucho después de la colonización de los españoles. De hecho Hernán Cortés pagaba a sus soldados con cacao. Con la colonización de América, se empiezan a introducir en Europa numerosos alimentos americanos (patatas, judías, tomates,) que luego han resultado ser básicos para nuestra dieta. Sin embargo durante toda la edad moderna el cacao pasó bastante desapercibido, a pesar de que ya en el siglo XVI empezabas a ser conocida la bebida hecha a base de cacao (el chocolate). Restringida sólo a la élite aristrocrática, poco a poco adquiere prestigio como estimulante y se extiende por toda Europa. Durante mucho tiempo el cacao se le reconocen propiedades afrodisíacas. ¿Cómo se hacía el chocolate? el simple moldeado de granos de cacao tostados produce una pasta aceitosa, oscura y amarga que es el chocolate puro y en bruto. Licuado por calor, edulcorado con miel y aromatizado con vainilla era como se lo tomaban los aztecas. Los europeos sustituyeron la miel por azúcar y utilizaron la canela como aromatizante. En esa época el chocolate se difunde en forma sólida y compacta. ¿Cuándo se hace popular el chocolate en Europa? No es hasta el inicio de era contemporánea, principios del siglo XIX que el chocolate se hace más popular gracias a la aparición de la industria chocolatera. Por aquel entonces se descubre la posibilidad de separar la parte aceitosa de la pasta de cacao (la manteca de cacao), operación que deja unos polvos secos y solubles en agua o leche (cacao en polvo). A pesar de esto, la punta de lanzamiento no se consigue hasta después de dos pequeños descubrimientos: 1) En 1840, el suizo Rudolf Lindt mezcla la manteca de cacao con la pasta de cacao, obteniendo un chocolate más dulce que es el que usamos actualmente. 2) En 1875 el suizo Daniel Peter descubre un nuevo método de condensación de leche, que otro suizo, Henry Nestlé en 1905, aplica al chocolate. Nació entonces el famoso chocolate con leche. HISTORIA DEL CACAO El cacao ya era cultivado por los mayas hace más de 2500 años. De hecho para encontrar el significado de la palabra cacao hemos de recurrir a la lengua maya: - cac que en lengua maya quiere decir rojo (en referencia al color de la cáscara del fruto) - cau que expresa las ideas de fuerza y fuego. Los aztecas aprendieron de los mayas el cultivo y el uso del cacao. Llamaban “cacahuat” al cacao y “xocolatl” la bebida aromática que se obtenía de sus frutos. Por aquel entonces el “xocolatl” era apreciado como reconstituyente que daba fuerza y despertaba el apetito sexual. Las semillas de cacao también se utilizaban como monedas de cambio, costumbre que perduró mucho después de la colonización de los españoles. De hecho Hernán Cortés pagaba a sus soldados con cacao. Con la colonización de América, se empiezan a introducir en Europa numerosos alimentos americanos (patatas, judías, tomates,) que luego han resultado ser básicos para nuestra dieta. Sin embargo durante toda la edad moderna el cacao pasó bastante desapercibido, a pesar de que ya en el siglo XVI empezabas a ser conocida la bebida hecha a base de cacao (el chocolate). Restringida sólo a la élite aristrocrática, poco a poco adquiere prestigio como estimulante y se extiende por toda Europa. Durante mucho tiempo el cacao se le reconocen propiedades afrodisíacas. ¿Cómo se hacía el chocolate? el simple moldeado de granos de cacao tostados produce una pasta aceitosa, oscura y amarga que es el chocolate puro y en bruto. Licuado por calor, edulcorado con miel y aromatizado con vainilla era como se lo tomaban los aztecas. Los europeos sustituyeron la miel por azúcar y utilizaron la canela como aromatizante. En esa época el chocolate se difunde en forma sólida y compacta. ¿Cuándo se hace popular el chocolate en Europa? No es hasta el inicio de era contemporánea, principios del siglo XIX que el chocolate se hace más popular gracias a la aparición de la industria chocolatera. Por aquel entonces se descubre la posibilidad de separar la parte aceitosa de la pasta de cacao (la manteca de cacao), operación que deja unos polvos secos y solubles en agua o leche (cacao en polvo). A pesar de esto, la punta de lanzamiento no se consigue hasta después de dos pequeños descubrimientos: 1) En 1840, el suizo Rudolf Lindt mezcla la manteca de cacao con la pasta de cacao, obteniendo un chocolate más dulce que es el que usamos actualmente. 2) En 1875 el suizo Daniel Peter descubre un nuevo método de condensación de leche, que otro suizo, Henry Nestlé en 1905, aplica al chocolate. Nació entonces el famoso chocolate con leche.

domingo, 12 de agosto de 2018

Domingo 19º del Tiempo Ordinario - "Yo soy el pan vivo bajado del cielo para la vida del mundo. El que coma de este pan vivirá para siempre". Desde luego es una oferta original; nadie ha tenido una iniciativa semejante, porque nadie es capaz de llegar a tanto amor y servicio. Para que hagamos camino al andar, Jesús se ofrece como sustento y como energía. Es el pan de vida que robustece, despeja la inteligencia y capacita para vivir con valentía...

COMENTARIO.- En la vida todos tenemos días difíciles, oscuros, en los que el fracaso pesa tanto y el horizonte se cierra de tal manera que no se ve salida alguna. Entonces nos asalta la tentación de abandonarlo todo. Es la experiencia dura de desierto que sufrió el profeta Elías: experiencia agobiante, desesperada, inaguantable hasta el punto de desear la muerte. Pero los creyentes hemos de pensar que no hay razones para desesperar definitivamente; siempre hay una salida. Dios ayuda, ilumina, alimenta las ganas de vivir y de seguir en el compromiso como Él sabe hacerlo. La sabiduría popular ha condensado esta experiencia en la frase: "Dios aprieta, pero no ahoga". Elías, en medio de la angustia agónica, acepta la ayuda y el alimento que Dios le proporciona. No desespera del todo. Y es que la mayor trampa en que podemos caer es dar la espalda a Dios cuando el desánimo nos ahoga. Hasta los místicos hablan de la noche oscura del alma, pero también de una llama de amor viva. Y así es: cuando sentimos la compañía de Dios y nos fiamos de Él, superamos el desaliento y entendemos que no nos pide imposibles. La vida cristiana es crucificante, pero también gozosa porque ha de desenvolverse en el marco de las Bienaventuranzas. El autor de la carta a los Efesios nos exhorta a no entristecer al Espíritu Santo ya que Dios nos ha marcado con Él para ser libres y vivir felices. ¿Qué se nos está queriendo decir en el fondo? El propio autor lo describe proponiendo un conjunto de consejos prácticos de conducta y unos valores concretos de fraternidad que nos han de caracterizar siempre a los cristianos. Y lo resume todo en imitar a Dios y a Jesucristo, es decir, en procurar la santidad viviendo en amor, entrega y oblación. Lógico y razonable, pero altamente difícil, sobre todo si no hemos aprendido todavía las lecciones del Espíritu. Aprender de Dios será siempre una asignatura pendiente. Si el saber es un deseo innato en el ser humano, en referencia a Dios es una aspiración superior y necesaria. El Dios santo, que hace salir el sol sobre buenos y malos y manda la lluvia sobre justos e injustos, tiene mucho que enseñarnos si nos abrimos dócilmente y no ofrecemos resistencias. En el evangelio de Juan seguimos viendo cómo se define Jesús y qué debate tiene con los judíos. Se presenta como alimento divino: "Yo soy el pan vivo bajado del cielo para la vida del mundo. El que coma de este pan vivirá para siempre". Desde luego es una oferta original; nadie ha tenido una iniciativa semejante, porque nadie es capaz de llegar a tanto amor y servicio. Para que hagamos camino al andar, Jesús se ofrece como sustento y como energía. Es el pan de vida que robustece, despeja la inteligencia y capacita para vivir con valentía. Pero los judíos que debatían con Él no le cogían la onda y, por tanto, no le entendían adecuadamente. Sin embargo, demuestran que lo conocían bastante bien, que sabían con pelos y señales cómo era su familia. Pero, a pesar de esto, no le entienden o no le quieren entender, porque no le creen. Jesús intenta por todos los medios que lo conozcan desde la fe. Por eso les habla de apertura al Padre y de su propio simbolismo divino. Pero casi nadie le entendió. ¿Le entendemos nosotros? P. Hidalgo

sábado, 4 de agosto de 2018

En el Evangelio se inicia ya el gran debate sobre el pan de vida. Jesús reprocha a quienes ha dado de comer: "Me buscáis no porque hayáis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros". No le han captado, tal vez porque el sentido de sus vidas va por otros derroteros. Y es que para entender a Jesús hay que desear la calidad de espíritu, lo que verdaderamente anima y perdura. Por eso dice Jesús: "Trabajad no por el alimento que perece, sino por el que perdura". Esto nos lleva a recordar aquella otra afirmación cargada de verdad: "No sólo de pan vive el hombre"...

Solemos decir que los seres humanos somos los únicos animales que tropezamos varias veces en la misma piedra. Eso quiere decir que fallamos una y otra vez y no escarmentamos ni aprendemos de los fallos ajenos. Generación tras generación se repiten las mismas tentaciones y las mismas caídas. El libro del Éxodo recoge una queja de los israelitas en el desierto que se repite una y otra vez a lo largo de la historia: preferimos tener algo seguro, aunque vivamos como esclavos, a arriesgar por la libertad. Y es que las personas generalmente somos débiles y cobardes ante las dificultades, sobre todo si no cultivamos la espiritualidad. La mentalidad de Dios, sin embargo, es otra. Con signos e inspiraciones nos hace ver que nunca nos abandona y que muchas veces nuestras quejas son meros pataleos infantiles. Verdaderamente no tiene sentido echarle en cara a Dios que no cumple. Desconfiar de Él es cerrarse a sus dones. Y esto no tiene nada de sensato. Por eso la carta a los Efesios nos recuerda que no es así la verdad de Cristo. Él nos ayuda a ir por la vida con criterios sólidos y nos enseña a asimilar la mentalidad de Dios, la única que renueva la condición humana. Para ello hay que despojarse de todo lo que corrompe y degrada y revestirse de santidad. Como vemos, la conversión cristiana es tarea de todo el año: no admite vacaciones. En el Evangelio se inicia ya el gran debate sobre el pan de vida. Jesús reprocha a quienes ha dado de comer: "Me buscáis no porque hayáis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros". No le han captado, tal vez porque el sentido de sus vidas va por otros derroteros. Y es que para entender a Jesús hay que desear la calidad de espíritu, lo que verdaderamente anima y perdura. Por eso dice Jesús: "Trabajad no por el alimento que perece, sino por el que perdura". Esto nos lleva a recordar aquella otra afirmación cargada de verdad: "No sólo de pan vive el hombre". Nadie discute que tenemos unas necesidades materiales que precisamos satisfacer; pero también tenemos otras necesidades y otras aspiraciones que generalmente atendemos menos. Esto es lo que nos reprocha Jesús. Lamenta que se le busque sólo por intereses materiales y no por los valores del espíritu. Éste es el fondo del debate. Él se esfuerza en revelarse como pan de vida, pero casi nadie le entiende. Es un error y un egoísmo mezquino buscar a Dios sólo por intereses materiales, recurrir a Él sólo o principalmente cuando nos falta algo o cuando andamos con el agua al cuello. Dios quiere ser descubierto en toda su condición entrañable y liberadora. Es verdad que somos seres indigentes, necesitados; pero nuestro corazón tiene ansias de plenitud y unas aspiraciones que sólo Dios puede colmar. Es aquello de San Agustín, después de haber sufrido muchos desengaños: "Señor, nos has hecho para Ti, y nuestro corazón no descansará hasta que repose en Ti”. En resumen, el desarrollo humano es más que satisfacción de necesidades económicas. El corazón y el espíritu tienen unas necesidades que no se cubren con dinero. Por eso qué razón lleva la sabiduría popular cuando reconoce que el dinero no da la felicidad, aunque colabore. Por su lado, Jesús intenta por todos los medios que lleguemos a entender que nos puede alimentar con su mensaje, con su estilo vital, con su simbolismo redentor de Hijo de Dios. ¿Es tan difícil comprender esto? P. Hidalgo.