domingo, 25 de junio de 2017

XII Domingo del Tiempo Ordinario - Jesús advierte animosamente: por ningún concepto, ni siquiera por miedo, debemos renunciar al Evangelio ni ser infieles a la misión. Y añade palabras de aliento: El Padre, a quien no se le escapa el vuelo de un ave ni la caída de un cabello, vela por vosotros. No tengáis miedo; Él cuida vuestra vida; la vida profunda nadie os la puede arrancar...

Ser persona es un duro oficio que en todo momento causa sudores. En este duro oficio, para el que no hay jubilación, la experiencia religiosa y evangélica sirven de mucho: "El Señor está conmigo como fuerte soldado", decía Jeremías. A él, como a nosotros, le cuesta mucho la fidelidad. Nacemos en un mundo empecatado. Nos seduce Jesús, pero nos tienta y nos engaña muchas veces el ambiente contrario. La fidelidad sólo se va logrando con criterios fuertes y con mucho equilibrio interior. Esta es una motivación que claramente se nos propone hoy. La otra es el testimonio, algo ineludible en el vivir cristiano. Una testigo sobresaliente de nuestro tiempo, la Madre Teresa de Calcuta, llegó a decir de sí misma: "el día en que Dios encuentre a alguien más tonta y pobre que yo, hará aún cosas mejores". En una ocasión me sorprendió el sentido del humor con que encaraba un joven su futuro; me soltó esta bienaventuranza; "dichosos los que se ríen de sí mismos, porque nunca se les acabará la diversión". Ciertamente, para ser buen testigo, además de coraje y de riesgo, hace falta una buena dosis de humor. Hay cristianos que tienen vergüenza de reconocer socialmente su fe o su pertenencia a la Iglesia. Como hay quien dice que la religión ya no da imagen y otros la desprestigian o la reducen a lo privado, hay también cristianos que tienen miedo al ridículo. Seguramente que ni el Reino de Dios ni el Evangelio les escuecen por dentro. Jesús advierte animosamente: por ningún concepto, ni siquiera por miedo, debemos renunciar al Evangelio ni ser infieles a la misión. Y añade palabras de aliento: El Padre, a quien no se le escapa el vuelo de un ave ni la caída de un cabello, vela por vosotros. No tengáis miedo; Él cuida vuestra vida; la vida profunda nadie os la puede arrancar. Por tanto, marginar el Evangelio sería privar a la historia de su mejor don y empobrecerla radicalmente. Ningún otro fermento es tan sano, revolucionario y humanizador. En todos los momentos de la historia los testigos son necesarios para la salud de la sociedad y de la Iglesia. P. Octavio Hidalgo, C.Ss.R.

martes, 20 de junio de 2017

Vídeo de la Comisión Episcopal de Migraciones sobre los refugiados.

El Trabajo pastoral de esta Comisión está dedicado a atender a todos los grupos de personas que por diversos motivos están relacionados con el mundo de la movilidad humana. Los migrantes (inmigrantes y emigrantes), refugiados, mujeres de la calle, niños y jóvenes en riesgo, gitanos, apostolado del mar, la pastoral de la carretera, o en ferias y circos, así como estudiantes internacionales fuera de su país. Se ocupa pues, del estudio y de la aplicación de la pastoral integral para los grupos de la llamada la movilidad humana, población que carece en bastantes casos de domicilio estable o está en situación migratoria, así como para las personas que viven en condiciones análogas. Cada uno de estos 10 grupos tiene su departamento o sección, con su obispo responsable en la Comisión, además del director del secretariado. Son aquellos grupos de personas que por su propia condición de vida no pueden gozar del servicio ordinario de los párrocos o comunidades y/o se ven privados o limitados en su asistencia. ENLACE

domingo, 11 de junio de 2017

Domingo de la Santisima Trinidad - Un solo Dios en tres Personas: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Hoy celebramos la solemnidad del misterio que está en el centro de nuestra fe, del cual todo procede y al cual todo vuelve. El misterio de la unidad de Dios y, a la vez, de su subsistencia en tres Personas iguales y distintas. Padre, Hijo y Espíritu Santo: la unidad en la comunión y la comunión en la unidad. Conviene que los cristianos, en este gran día, seamos conscientes de que este misterio está presente en nuestras vidas: desde el Bautismo —que recibimos en nombre de la Santísima Trinidad— hasta nuestra participación en la Eucaristía, que se hace para gloria del Padre, por su Hijo Jesucristo, gracias al Espíritu Santo. Y es la señal por la cual nos reconocemos como cristianos: la señal de la Cruz en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Aunque haya un dogma que lo afirma, que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo es, antes que nada, experiencia del carácter personal y relacional del Dios creador, su Hijo salvador y el Espíritu que nos relaciona permanentemente con la vida divina. Para creer esto hay que vivir en esa relación, sentir esta salvación y colaborar con el acto creador del que somos parte. Nuestra alabanza al Dios uno y trino es nuestra misma fe en su bondadosa y abierta comunicación de vida, amor y plenitud.

domingo, 4 de junio de 2017

DOMINGO DE PENTECOSTÉS - El Evangelio nos lo presenta hoy de una manera sencilla y hermosa a la vez: Jesús resucitado entrega a sus amigos el Espíritu. Respiró su aliento sobre ellos y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo". Jesús, genio de hombre y plenitud de vida, nos comunica lo más bello y cálido de su resurrección: El Espíritu, que nos hace personas nuevas, hombres y mujeres valientes, emprendedores, con un nuevo estilo de vivir: el que brota de un Evangelio reflexionado, compartido y puesto en práctica por la Comunidad...

COMENTARIO: Celebramos hoy la fiesta del Espíritu Santo. Desde siempre hemos oído que el Espíritu es el Alma de la Iglesia; pero también podemos afirmar, no sin cierta tristeza, que es un gran desconocido. El Evangelio nos lo presenta hoy de una manera sencilla y hermosa a la vez: Jesús resucitado entrega a sus amigos el Espíritu. Respiró su aliento sobre ellos y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo". Jesús, genio de hombre y plenitud de vida, nos comunica lo más bello y cálido de su resurrección: El Espíritu, que nos hace personas nuevas, hombres y mujeres valientes, emprendedores, con un nuevo estilo de vivir: el que brota de un Evangelio reflexionado, compartido y puesto en práctica por la Comunidad. Sí, el Espíritu es justicia, fraternidad, paz, alegría y nos impulsa a la misión: "como el Padre me ha enviado, así os envío yo". Nosotros, los amigos de Jesús, somos ahora los comunicadores del Evangelio, somos la presencia de Dios en el pequeño trozo de mundo en que vivimos, y tenemos la misión de hacer patente al Dios liberador, para que reconozcan su acción salvadora y así colaboremos conjuntamente en la construcción de una sociedad diferente y mejor. En la primera carta a los Corintios, se nos comunica también que a todos los cristianos se nos ha confiado una misión dentro de la Comunidad: "en cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común". Hoy, como ayer, las parroquias en punta son aquellas en las que brota y corre la vida, surgen proyectos y realidades nuevas, y los cristianos seglares somos protagonistas de la actividad creativa de la Comunidad. Por eso recordamos que la Parroquia es tarea de todos. El Espíritu nos llama a todos a colaborar. Nadie es tan pobre que no tenga nada que aportar ni nadie tan rico que no tenga nada que aprender. Si alguno se excluye, origina pobreza en el conjunto. Que el Espíritu nos llene de su sabiduría para hacer bien lo que cada uno puede hacer. P. Octavio Hidalgo, C.Ss.R.