
domingo, 29 de diciembre de 2019
Domingo de la Sagrada Familia: Jesús, Maria y José - La familia es la primera escuela en la que aprendemos los valores fundamentales para andar firmemente por la vida. Estos valores se transmiten no sólo con palabras, sino también y principalmente con hechos. No cala ni convence una doctrina si no se demuestra con la vida.

miércoles, 25 de diciembre de 2019
Sí, Navidad es júbilo, aplauso, señal incipiente de victoria, porque Dios ha cumplido sus promesas. En Jesús hay una alternativa de humanidad que jamás podrá ya ser borrada de la historia...

domingo, 22 de diciembre de 2019
Cuarto Domingo de Adviento. María y José son, por encima de todo, unos grandes creyentes, que, incluso, supieron caminar en la oscuridad de la fe. Por estar abiertos al Espíritu, supieron interpretar las llamadas de Dios. Por eso se ofrecieron en disponibilidad y colaboración...

Encuentro con familias Retornadas e Inmigrantes -La Eucaristia oficiada por Monseñor D.Luis Quinteiro fiuza Obispo Diócesis Tui Vigo - domingo 22 de Diciembre del 2019 en la Parroquia Nuestra Señora del Rocio en Vigo Galicia España
domingo, 15 de diciembre de 2019
Domingo III de Adviento - La salvación mesiánica es siempre una provocación en positivo. Y dentro de esta provocación resulta todavía más sorprendente el "desquite de Dios". "Desquite" es parecido a "venganza”. ¡Qué chocante! ¿Dios se quiere vengar? Sí, pero a su manera; su venganza consiste en arreglar el mundo. Y, para eso, nada mejor que despegar los ojos del ciego, abrir los oídos del sordo... y regresar con cánticos a la condición primera, es decir, al estado original...
Comentario.-
La salvación que aporta Jesucristo es una apuesta por la recuperación de la vida: "Id y anunciad a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la Buena Noticia". Ya lo anunciaba el profeta Isaías siglos atrás: "mirad a vuestro Dios que trae el desquite; viene en persona... y os salvará". Por tanto, “fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes, decid a los cobardes de corazón: sed fuertes, no temáis".
La salvación mesiánica es siempre una provocación en positivo. Y dentro de esta provocación resulta todavía más sorprendente el "desquite de Dios". "Desquite" es parecido a "venganza”. ¡Qué chocante! ¿Dios se quiere vengar? Sí, pero a su manera; su venganza consiste en arreglar el mundo. Y, para eso, nada mejor que despegar los ojos del ciego, abrir los oídos del sordo... y regresar con cánticos a la condición primera, es decir, al estado original. Entonces vio Dios que todo era bueno... Este desquite de Dios es humanizador y pedagógico. La paradoja de su venganza estriba en animar todos los sentidos del ser humano, incluido el sentido moral.
Estos signos del Mesías son los mejores argumentos para sacar a Juan el Bautista de sus dudas. Pero, reparemos en la alabanza que hace Jesús del Bautista: "¿Qué salisteis a ver en el desierto?; ¿a un Profeta? Sí, os digo, y más que profeta... Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista"... Ciertamente Jesús sintió una gran admiración por Juan. Al calor del movimiento que el Bautista generó, seguramente Jesús fue madurando su vocación. por eso, nada extraña que a la muerte de Juan, Jesús tomara el relevo de su palabra y de su dinamismo profético.
Existe un gran parecido entre el estilo de vida de Juan y de Jesús. No militaron en ningún grupo religioso ni político de su tiempo. No se casaron. Hasta el final de sus vidas vivieron y actuaron de forma independiente, como laicos de a pie. Ambos fueron pacíficos. Predican un cambio de vida en las personas e invitan a la conversión. Ambos son reconocidos por el pueblo como profetas de Dios. Y ambos se juegan el tipo por la misma causa: el Reino de Dios y su justicia. Los dos ponen rúbrica a su fe con el martirio.
P. Octavio Hidalgo, C.Ss.R.
sábado, 14 de diciembre de 2019
Charla Coloquio sobre los Misterios de la Tilma de la Virgen de Guadalupe "Patrona de México" Dia 11 de Diciembre 2019 a las 20 H. en la Casa das mulleres,rúa romil 20 Vigo Galicia España
jueves, 12 de diciembre de 2019
El Mariachi "Noche de Ronda" le canta "Las mañanitas" a la Virgen de Guadalupe "Patrona de México" en la Misa en su honor ,Dia Jueves 12 de Diciembre 2019 a las 11 de la mañana en la Parroquia de San José Obrero y Santa Rita en Vigo Galicia España



domingo, 8 de diciembre de 2019
Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen Maria - Evocamos a María como creyente, meditando los planes de Dios en su corazón, sabiendo caminar en la oscuridad de la fe, pero confiando siempre en su experiencia religiosa. Y la evocamos Inmaculada, contemplando en ella un estilo de vida sano desde la raíz, elegante y digno desde su concepción... -

domingo, 1 de diciembre de 2019
Domingo Primero de Adviento - La Palabra de Dios nos invita a caminar por la vida despiertos y con dignidad. Se abre el Año litúrgico con la advertencia de que un cristiano debe ser siempre hijo de la luz, nunca cómplice de la tiniebla, es decir, de la maldad...

jueves, 28 de noviembre de 2019
domingo, 24 de noviembre de 2019
Celebrar la realeza de Jesús es confirmar el compromiso por el Reino de Dios, un Reino que primero fragua en el corazón y después se irradia por el testimonio. Porque estamos orgullosos de Jesús nos queda la tarea de practicar e irradiar su Evangelio...

jueves, 21 de noviembre de 2019
Charla Coloquio Tema: La situación actual de la mujer de América Latina en la Casa da Muller del concello de Vigo - Dia 21 de Noviembre 2019 a las 20 H.


domingo, 17 de noviembre de 2019
Muchos proyectos humanos son pasajeros, mera fachada. Sólo merece la pena luchar por aquello que vale ante Dios y es bueno para todos. Ahora y en el futuro los creyentes hemos de aportar coraje, testimonio. Frente al confusionismo y las falsas seguridades, nosotros tenemos la luz y la verdad reveladas en el Evangelio...
Comentario:
Hemos oído refranes como éstos: "La ociosidad es la madre de todos los vicios", "el pan no se consigue de balde"... Éstas y otras expresiones encierran una gran sabiduría popular, valiosa para todos los tiempos. Nada justifica la vagancia. Perder el tiempo es una equivocación y un sinsentido.
El Evangelio advierte que en la vida hay dificultades y acontecimientos trágicos que nos pueden sorprender en cualquier momento. Encogerse pasivamente no es la reacción adecuada. Sí lo es la fe activa y perseverante. Por eso, no se comprende que un seguidor de Jesús sea apático, perezoso o se desentienda de lo que acontece socialmente. Los cristianos hemos de aprovechar el tiempo al servicio del Reino de Dios.
El Evangelio también exhorta a que en las duras y en las maduras seamos fieles confiando en Dios, en sus inspiraciones. Jesús sentencia: "Manteneos firmes... Ni un cabello de vuestra cabeza perecerá...". Y ofrece recursos para sobrellevar riesgos y dificultades.
En verdad, los cristianos hemos de dar la talla en el vivir diario. Muchos proyectos humanos son pasajeros, mera fachada. Sólo merece la pena luchar por aquello que vale ante Dios y es bueno para todos. Ahora y en el futuro los creyentes hemos de aportar coraje, testimonio. Frente al confusionismo y las falsas seguridades, nosotros tenemos la luz y la verdad reveladas en el Evangelio.
Resumiendo, la laboriosidad, el sacrificio, la atención y la perseverancia son valores muy dinámicos y constructivos. El pesimismo y la desesperanza no han de tener cabida en nosotros.
P.Hidalgo
domingo, 10 de noviembre de 2019
La fe nos dice que la muerte abre el capítulo último y definitivo de la vida. Dios es la meta, no un engaño. La Vida, con mayúscula, actual y transcendente, nos llena el alma de esperanza y de sentido. Si la negamos, nos queda en las manos un trágico vacío que desmotiva cualquier aspiración. No nacemos para morir y desaparecer, sino para vivir en comunión en la tierra y en el cielo. Ésta es la sensibilidad que nos anima...
Comentario:
El mensaje de este domingo rezuma transcendencia, resurrección; pero también fidelidad y confianza. Ahí tenemos a los hermanos macabeos afrontando el sacrificio supremo. Creen en el Dios de los vivos y a Él confían su suerte. Saben que el martirio no aniquila la vida, ni la dignidad, ni las convicciones; al contrario, las engrandece. Esta experiencia alimenta su fidelidad y valentía.
Los saduceos, en cambio, intentan tomarle el pelo a Jesús y le tienden una trampa. ÉI, apoyándose en Moisés, reafirma que Dios está a favor de la vida y que la situación del cielo será muy diferente a las circunstancias y necesidades que tenemos en la tierra.
Puede suceder que, en la práctica diaria, muchos vivamos como los saduceos: trabajamos para tener, somos competitivos, viajamos, consumimos... Somos como un pozo sin fondo donde todo cae y nada se detiene. Dios tampoco.
Sin embargo, ahí están los santos de toda edad y condición, a los que admiramos porque han sido capaces de jugárselo todo por el Reino de Dios y su justicia. Ahí está Jesús camino de Jerusalén y tantos testigos valientes que han preferido morir por solidaridad y al servicio de causas humanas.
La fe nos dice que la muerte abre el capítulo último y definitivo de la vida. Dios es la meta, no un engaño. La Vida, con mayúscula, actual y transcendente, nos llena el alma de esperanza y de sentido. Si la negamos, nos queda en las manos un trágico vacío que desmotiva cualquier aspiración. No nacemos para morir y desaparecer, sino para vivir en comunión en la tierra y en el cielo. Ésta es la sensibilidad que nos anima.
Jesús da mucha importancia a la vida terrena. Se comprometió con ella como el que más. Pero asegura que en la resurrección sólo permanecerán los valores fundamentales. Los provisionales son caducos, por lo que hay que saber distinguir...
Está claro que este pasaje evangélico nos interroga sobre la resurrección, que no es sólo vivir más allá de la muerte; es, sobre todo, una manera de enfocar la vida de cada día tomando posiciones claras ante los problemas del mundo y ante aquellos que pisotean la dignidad y los derechos de las personas. Evocar la resurrección es invitar a vivir con más sentido, enganchándose a una vida de calidad.
Por consiguiente, resurrección no expresa sólo transcendencia futura, sino también transcendencia presente, superación, conversión, santidad, compromiso... Porque creemos en la resurrección, cultivamos la vida y encaramos el futuro con confianza y valentía.
P.Hidalgo
domingo, 3 de noviembre de 2019
Jesús, testigo sobresaliente de este Dios amigo de la vida, ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido. Por eso, sale a la calle y a los caminos para encontrarse con la gente, sobre todo con los más necesitados de equilibrio y redención. Anda y anda ofreciendo y desgranando el Evangelio. Sus encuentros con las personas suelen ser saludables y reveladores...
¡Señor, amigo de la vida...! ¡Qué bien resuena esta expresión en el interior de un creyente! En verdad, este atributo le va a Dios de maravilla. Diseñó la creación como un paraíso para disfrute de todos los humanos. Y a pesar de nuestro pecado, insiste en ofrecer la salvación.
Jesús, testigo sobresaliente de este Dios amigo de la vida, ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido. Por eso, sale a la calle y a los caminos para encontrarse con la gente, sobre todo con los más necesitados de equilibrio y redención. Anda y anda ofreciendo y desgranando el Evangelio. Sus encuentros con las personas suelen ser saludables y reveladores.
El Evangelio refleja que Zaqueo tenía un gran deseo de verse con Jesús. ¿Necesitaba el encuentro por lo que había sido su vida anterior? Lo cierto es que tiene dificultad para llegar hasta Él: la gente se lo impedía y, además, era bajo de estatura...
¡Qué gran verdad! A veces la gente no nos facilita llegar hasta Jesús. ¿Lo habéis experimentado? Zaqueo y tantos otros somos bajos de estatura porque hemos desarrollado poco la personalidad y, por tanto, nos hemos quedado un tanto enanos. Pero, precisamente por eso, valoramos más la talla humana de Jesús.
Zaqueo no quería que la ocasión se le escapase. Jesús, al verlo en la higuera, cruza la mirada con él, entiende su deseo y se autoinvita a su casa. No le importa que le critiquen. Tiene claro que ha venido a salvar lo que estaba perdido.
El encuentro resulta extraordinariamente saludable para Zaqueo y para toda su familia. Una muestra de conversión verdadera es la penitencia de solidaridad que él mismo se impone: “Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más".
Zaqueo experimentó en el contacto con Jesús una paz y un gozo que el dinero y otros placeres no proporcionan.
sábado, 2 de noviembre de 2019
viernes, 1 de noviembre de 2019
1 de Noviembre Solemnidad de todos los Santos

martes, 29 de octubre de 2019
domingo, 27 de octubre de 2019
domingo, 20 de octubre de 2019
Si rezamos es porque nos lo pide el alma, la espiritualidad, la fe. No es buena la oración que está teñida de interés; la oración no es mercadeo, ni ha de confundirse con la magia. Es un valor gratuito como el amor, la alegría o la paz... Es decir, oramos porque vivimos en comunión con Dios. Ahora bien, si dejamos de rezar, es que algo serio e importante está pasando en nuestra vida...
Es muy importante conocer la Sagrada Escritura. Inspirada por Dios, rebosa sabiduría y aporta orientación. Es útil para enseñar, para educar, para corregir, es decir, para alimentar a los creyentes en todas las áreas y facetas de la vida. La Biblia es un tesoro tan valioso que no sólo hemos de agradecerlo y disfrutarlo, sino que hemos de comunicarlo y testimoniarlo para que ayude a los demás como nos sirve a nosotros.
Pero el mensaje de este domingo se concentra preferentemente en la oración. Jesús, orante y maestro de oración, asegura que hay que "orar siempre sin desanimarse".
En efecto, la oración es un talante, una necesidad de la persona religiosa y creyente. Moisés, orando con los brazos en cruz, hace palanca en favor de su pueblo. Y aunque los brazos se le caen rendidos, no se desanima; confía en el poder de la oración.
Por tanto, si rezamos es porque nos lo pide el alma, la espiritualidad, la fe. No es buena la oración que está teñida de interés; la oración no es mercadeo, ni ha de confundirse con la magia. Es un valor gratuito como el amor, la alegría o la paz... Es decir, oramos porque vivimos en comunión con Dios. Ahora bien, si dejamos de rezar, es que algo serio e importante está pasando en nuestra vida.
Cansarse de orar es una trampa peligrosa. Corremos el riesgo de abandonarnos y deslizarnos por el terraplén de la mediocridad. La oración, bien entendida, es una fuente de energía, que alimenta y contribuye a mantener los niveles de humanidad muy altos. Dejar de orar es una de las mayores torpezas que podemos cometer.
Siempre será necesario orar; nunca pasará de moda. Más aún, es una cuestión de vida o muerte. Es decir, si oramos, la vida se esponja; si no oramos, fácilmente se marchita y decrece. Jesús valora y estimula tanto la oración, porque fomenta la mística, ensancha las ganas de transformación y empuja el deseo de comprometerse.
Para rezar correctamente hacen falta fe y confianza, tanta confianza como para no desanimarse nunca. Hemos de orar tan insistentemente como la viuda de la parábola, que demuestra constancia y convicción. Dios no pude desatender la actitud perseverante de quien le suplica.
Concluyendo, la fe se expresa en oración y ésta enriquece la fe. Es imprescindible el ejercicio de ambas para mantener alta la identidad cristiana. El diálogo con Dios potencia y estimula más que cualquier recurso psicológico. En este diálogo no son imprescindibles las palabras; basta el encuentro en el espíritu, es decir, la comunión vital en medio de la actividad diaria.
P.Hidalgo.
viernes, 18 de octubre de 2019
domingo, 13 de octubre de 2019
Todo milagro encierra algún mensaje, tiene alguna finalidad. Por eso, no nos podemos quedar simplemente en el ropaje literario o en las primeras impresiones. Que Jesús es Vida, Verdad, Luz, Resurrección, Redención..., queda más evidente cuando se comprenden los milagros. Si en ellos no se capta la presencia de Dios que salva por completo, es que no ha habido verdadero encuentro religioso y de fe...
El libro de los Reyes y el Evangelio coinciden en presentar la curación de unos leprosos.
Los milagros son señales de la salvación de Dios, manifestaciones de que su Reino está presente influyendo en la historia humana. Evangélicamente los milagros evidencian cómo Jesús está preocupado por hacer el bien y aliviar a los que sufren en el cuerpo o en el alma.
Pero es la fe la que hace que se dispare la intervención divina. Así aparece en los Evangelios una y otra vez: "Tu fe te ha salvado". En efecto, sin fe es imposible la penetración salvadora de Dios.
Todo milagro encierra algún mensaje, tiene alguna finalidad. Por eso, no nos podemos quedar simplemente en el ropaje literario o en las primeras impresiones. Que Jesús es Vida, Verdad, Luz, Resurrección, Redención..., queda más evidente cuando se comprenden los milagros. Si en ellos no se capta la presencia de Dios que salva por completo, es que no ha habido verdadero encuentro religioso y de fe.
Esto es lo que refleja el texto evangélico. Los leprosos gritan: Jesús, maestro, ten compasión de nosotros, porque buscan la salud física, pero también la integración en la sociedad judía de la que han sido apartados por tan terrible enfermedad. Jesús los envía a los sacerdotes, según las normas de la época, para que comprueben la curación y los incorporen a la vida del pueblo.
Pero el texto resalta que sólo uno volvió a dar gracias y éste era un samaritano, uno marginal y despreciable para los judíos, inferior y medio pagano. Fue el único que abrió el corazón a Jesús y, agradecido, le manifestó que no sólo le había tocado la piel sino también el corazón. Jesús le dijo: "Tu fe te ha salvado".
Naamán, también curado y agradecido, era un sirio. Parece que los extranjeros descubren mejor la acción salvadora de Dios. Los leprosos judíos le propinan un gran chasco a Jesús porque no lo descubren como testigo de Dios, sino como un simple curandero. Él busca despertar la fe, avivar el encuentro creyente; pero sólo encontró sensibilidad y acogida en el samaritano.
Recordamos el refrán: Es de bien nacidos ser agradecidos. La gratitud no es sólo una virtud humana; es también un valor bíblico muy destacado. Por eso, conviene que nos preguntemos: ¿Dios es para nosotros una fuente de salud total o un recurso fácil del que echamos mano cuando nos interesa? En realidad, ¿para qué queremos a Dios?
P.Hidalgo
domingo, 6 de octubre de 2019
Gran oración la de los discípulos: "Señor, auméntanos la fe". Todos los cristianos nos la podemos aplicar: Señor, danos una fe de calidad, auténtica, depurada; danos esa fe que enseña a vivir, que sigue tus esquemas, que potencia la espiritualidad, que pelea los valores y transforma los ambientes...
Gran oración la de los discípulos: "Señor, auméntanos la fe". Todos los cristianos nos la podemos aplicar: Señor, danos una fe de calidad, auténtica, depurada; danos esa fe que enseña a vivir, que sigue tus esquemas, que potencia la espiritualidad, que pelea los valores y transforma los ambientes.
Sí, hermanos, la fe es un recurso del que podemos echar mano, aunque nos fallen todos los demás. Es el gran don, un tesoro de inmenso valor. Con ella se puede alcanzar lo más difícil, lo más extraordinario. Es una virtud teologal saturada de proyección.
La persona de fe cuenta con motivaciones profundas, respira espiritualidad y sorprende con compromisos arriesgados. Y es que la fe no sólo humaniza y santifica, sino que nos lanza a utopías cada vez mayores, pero siempre posibles. Así fue la trayectoria de Jesús, el creyente por excelencia.
Al cristiano entusiasmado por la fe se le han de notar las recomendaciones que dirige San Pablo a Timoteo. No hemos recibido "un espíritu cobarde, sino un espíritu de energía, amor y buen juicio". Por tanto, no hemos de tener miedo "de dar la cara por nuestro Señor"; al contrario, hemos de "tomar parte en los duros trabajos del Evangelio" y vivir "con fe y amor cristiano". Nunca nos faltará la ayuda de Dios que nos habita.
Y un apunte de importancia. En este campo de la fe nunca hay motivo para el orgullo, ni para la vanagloria, sino para la obediencia, la entrega, la colaboración y el agradecimiento. Porque, en el mejor de los casos, cuando un día acabemos rendidos, pero satisfechos por lo que hemos realizado, sólo tiene sentido decir: Simplemente "hemos hecho lo que teníamos que hacer".P.Hidalgo.
domingo, 29 de septiembre de 2019
Misa por las Migraciones Domingo 29 de Septiembre 2019 a las 12:30 p.m. Parroquia del Perpetuo Socorro,Rúa Lalin 3 Vigo Galicia España.













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