
domingo, 17 de diciembre de 2017
En el tercer domingo de Adviento resalta el protagonismo del Espíritu. Es Él quien envía al mensajero de Dios para rescatar, curar y anunciar buenas noticias, proyectos de gracia, experiencias de amor y de libertad. El mismo Espíritu es quien provoca un gozo desbordante en la comunidad, el que suscita profetas en medio del pueblo, como Juan el Bautista, para que sea mayor la comprensión y el contagio del Evangelio. Ellos no son la Luz, pero sí testigos de la Luz. También nosotros hemos de ser testigos de la Luz, voz que anuncia la cercanía del Señor, aunque parezca que son pocos los que quieren oír...

martes, 12 de diciembre de 2017
domingo, 10 de diciembre de 2017
En el hoy de la Iglesia nos puede resultar chocante "preparar el camino al Señor", cuando en realidad Él ya ha venido. Sin embargo, es posible que no haya podido hacer el recorrido del todo, porque en algún momento hemos abierto una zanja o hemos echado demasiados escombros en el camino intentando impedir su acceso. Preguntémonos sinceramente: ¿Nunca le hemos cerrado el camino al Señor?. Él es tan respetuoso con nuestra libertad que no puede llegar hasta nosotros si no se lo facilitamos, es decir, si no allanamos los senderos

viernes, 8 de diciembre de 2017
María atrajo la mirada de Dios. Fue la llena de gracia. El pecado no pudo penetrar ni herir su humanidad. Dios derrochó bendiciones en ella, que supo mantener con elegante dignidad. María vivió con fe y espiritualidad ejemplares. Decir María inmaculada es decir milagro de Dios. Dios la preservó de todo pecado y le regaló una condición creyente con la que supo colaborar de manera extraordinaria. Según esto, María no es sólo un milagro de Dios, sino también un modelo de creyente fiel y agradecida, siempre disponible y en comunión con su voluntad.

domingo, 3 de diciembre de 2017
Adviento es expectación, vigilancia, una cita que nos recuerda cómo Dios quiere verse con nosotros a ras de suelo, de calle, de caminos... Porque lo cierto es que Dios ya ha venido y ha dejado fecundada la historia con su semilla. Ya no hay quien arranque su presencia. Nadie podrá eliminar ya el Evangelio. Por eso, Adviento es llamada al encuentro de conversión con el Dios de la plenitud...

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